26 de diciembre de 2010

Las espectativas de avatar.

Diplomacia, respeto, consideración... son algunas de las características de los que los humanos carecemos, y cada día que pasa por mi fácil vida puedo dar más razones por las que apoyar este pensamiento.
Mientras poso mi vista en la película que Canal + expone en televisión, sentía una gran necesidad de crear una entrada sentimental-crítica de ella, Avatar. El odio y la impotencia recorre mi cuerpo con ardiente escozor al encontrarse en mente el sufrimiento de seres que como nosotros pueden hablar, sentir y razonar. Aunque sea una historia imaginada, o para otras personas copiada de Pocahontas, la idea establecida hoy en día como locos ecologistas es la naturaleza que otros seres mantienen en relación con la esencia del vivir, una fortísima percepción que supera las conexiones existentes en nuestra propia mente humana. Como bien se expone el guión, ellos no se resignarán a una derrota por unos vaqueros, ya que ellos no quieren nada de eso, ellos están contentos con su vida y su perspectiva sobre ella. El respeto que muestran ante la vida es sorprendente, como el agradecimiento por todo lo que se les entrega. Sus costumbres tan profundamente sensibles son de envidiar por cualquier chica adolescente que pusiera sus expectativas ante los varones demasiado alta.
El amor que sienten hacia la existencia en sí es increíble hasta llegar al punto de encontrarse rendidos bajo los pies de su mundo, hasta morir luchando por sus tierras y su pueblo. Como en nuestro planeta, la existencia de animales variopintos mancha cada rincón, pero mientras nos matamos nosotros mismos y acabamos con diferentes especies con las que convivimos, ellos solo apagan la vida de los seres de su propio planeta agradeciendo su muerte para subsistir, para alimentarse y ante ello vivir en armonía. Ellos comunican sensaciones y hechos que nosotros sí entendemos, pero que nunca llegaremos a sentir, como que todos tenemos las mismas raíces y todos somos ramas del mismo árbol.
"Yo era un guerrero que soñaba en traer la paz, pero tarde o temprano siempre hay que despertar".
En este mundo corroído vivimos del miedo y el luchar para tener el poder, lo que se traduce a poseer grandes riquezas. Superando las críticas negativas sobre esta gran película esperada, desde mi punto de vista continúo considerando que a pesar del poco apoyo que ha obtenido este film, he de decir que su moraleja es poderosa, y que en mi caso ha llegado a mi corazón.
Añadiendo una frase de otra pequeña obra de arte, El principito, finalizo este pequeño lapsus de opinión esperando que a alguien también le haga temblar un poco su mundo.
Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos.

14 de diciembre de 2010

Hoy lloré por el rugby.

Hoy comprendí el verdadero sentido de la palabra rugby. La impotencia día tras día por correr más rápido, moverme con más ligereza y placar con mayor efectividad empezaba a desesperarse por ver resultados. La primera lágrima se balanceaba sobre mi párpado inferior queriendo desatar pronto toda la carencia de juego que mostraba cada segundo en el campo. Sentía pánico porque últimamente lamentaba que todos mis fallos no eran más que torpezas que interrumpían en jugadas, y simplemente no quería decepcionar a mis compañeras.


Esos gritos que en realidad necesitaba oír, ese aullido de capitana que me alarmase y me pusiese en mi camino, eso era lo que experimenté tras un largo día de inutilidad, y fue lo que provocó que mi boca llorona anunció mi dolor ante tal imposibilidad y presión. Hay un dicho que cuenta "Quien te quiere te hará llorar", y así fue... pero no necesité encharcar el césped artificial para llegar a entender lo que tenía que hacer, que era demostrar que si quiero, puedo. Y como quería más que nada en este planeta, pude. Pues desde mi punto de vista fue tal que así, corrí a sabiendas de que intentarían atraparme y plaqué teniendo en cuenta que me iba a hacer daño, pero era mi obligación como jugadora.


Después de mi primer ensayo bien ganado, tengo el valor de decir que no hay mayor placer que el momento exacto cuando posas esa maldita pelota ovalada tras la línea de ensayo, y eso que no estábamos ni siquiera en un partido. Desde ese mismo instante capté tras largo tiempo la esencia de este deporte y guardé en mi corazón una muy agradable sensación de gratitud al escuchar el sonido de la felicitación, que fue lo que hizo que siguiese corriendo a pesar de mi falta de aire. Me urgía vivir esto para tanto llegar a obtener esa magia de este deporte como entregarme más de lo que estaba haciendo, y quien diga que es solo un deporte que venga a nuestro tercer tiempo. No es solo un juego de brutos que trata de placar hasta hacernos daño ya que es mayor el dolor que sentimos las jugadoras es por dentro, y es cuando no llegaron a sus objetivos, pero los moratones no se sienten cuando la batalla ha sido ganada. Porque detrás de todo ello se encuentran cada una de las jugadoras que comparten esa pasión con todo su entrego y esa amistad tan placentera que muestran con esa naturalidad jamás divisada por mis ojos.


Así que he de decir que hoy, Silvia Rico, jugadora novata de Mentxu, una ala mediocre de unos seis meses, empiezo a amar este deporte de cinco letras y mucha confraternidad.


1 de noviembre de 2010

Dichosa edad...

Después que don Quijote hubo bien satisfecho su estómago, tomó un puño de bellotas en la mano y, mirándolas atentamente, soltó la voz a semejantes razones:

Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío. Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes: a nadie le era necesario para alcanzar su ordinario sustento tomar otro trabajo que alzar la mano y alcanzarle de las robustas encinas, que liberalmente les estaban convidando con su dulce y sazonado fruto. Las claras fuentes y corrientes ríos, en magnífica abundancia, sabrosas y transparentes aguas les ofrecían. 


En las quiebras de las peñas y en lo hueco de los árboles formaban su república las solícitas y discretas abejas, ofreciendo a cualquiera mano, sin interés alguno, la fértil cosecha de su dulcísimo trabajo. Los valientes alcornoques despedían de sí, sin otro artificio que el de su cortesía, sus anchas y livianas cortezas, con que se comenzaron a cubrir las casas, sobre rústicas estacas sustentadas, no más que para defensa de las inclemencias del cielo. Todo era paz entonces, todo amistad, todo concordia: aún no se había atrevido la pesada reja del corvo arado a abrir ni visitar las entrañas piadosas de nuestra primera madre; que ella sin ser forzada ofrecía, por todas las partes de su fértil y espacioso seno, lo que pudiese hartar, sustentar y deleitar a los hijos que entonces la poseían. Entonces sí que andaban las simples y hermosas zagalejas de valle en valle y de otero en otero, en trenza y en cabello, sin más vestidos de aquellos que eran menester para cubrir honestamente lo que la honestidad quiere y ha querido siempre que se cubra, y no eran sus adornos de los que ahora se usan, a quien la púrpura de Tiro y la por tantos modos martirizada seda encarecen, sino de algunas hojas verdes de lampazos y yedra entretejidas, con lo que quizá iban tan pomposas y compuestas como van agora nuestras cortesanas con las raras y peregrinas invenciones que la curiosidad ociosa les ha mostrado. 


Entonces se decoraban los concetos amorosos del alma simple y sencillamente, del mesmo modo y manera que ella los concebía, sin buscar artificioso rodeo de palabras para encarecerlos. No había el fraude, el engaño ni la malicia mezcládose con la verdad y llaneza. La justicia se estaba en sus proprios términos, sin que la osasen turbar ni ofender los del favor y los del interés, que tanto ahora la menoscaban, turban y persiguen. La ley del encaje aún no se había sentado en el entendimiento del juez, porque entonces no había qué juzgar ni quién fuese juzgado. (Don Quijote de la Mancha, I Parte, Cap. XI).


Tengan en cuenta el habla antiguo de la época escrita (1605-1615) que ni siquiera fue fundada en dicho momento la Real Academia Española, con fecha de 1713 así que no podrían considerarse como faltas de ortografía ciertas palabras que pertenecen a este fragmento de la novela Don Quijote de la Mancha.

13 de octubre de 2010

Por mí.

Por mí... si fuese por mí no habría más mundo que el nuestro. Por mí que tierra, mar y aire se consuman en un momento y que quedemos en el vacío abrazados sin descanso. Por mí las despedidas durarían más que las propias citas y los segundos que me miras sin fin, mientras que los hasta luego se pasen a velocidad extrema. Si fuese por mí no habría futuro sin ser planeado por nuestros corazones ni amor disuelto en días de añoranza, sino que recorreríamos cada esquina de barrio, local de ciudad y orilla de continente hasta desgastar con nuestras pisadas todo suelo recorrido por nosotros. Si tuviese el control no habría cosa que cerrando los ojos y deseándolo no pudiese existir.
Si dependiese de mí te comería a besos en cada portal e Iglesia mientras Papa, Dios y todo pueblo comente, observe y cotillee. Si estuviese en mis manos no habría hecho y pasado que no nos sinceramos sin depender nuestro presente de ello. Por mí jamás existiría el cansancio de la compañía, retrocediendo cada medio siglo las agujas del reloj para disfrutar de nuestra vida una y otra vez con una máquina del tiempo como una noche tus labios comentaron... y no cambiaría mi repetido futuro porque no hay mejor vida que la compartida. Si yo decidiese no habría paz mayor que la de nuestra tranquilidad por descubrirnos poco a poco sin más prisa que la que nosotros decidamos en conjunto.
Si todas las cosas dependiesen de mí... ¡ay!
¿Y tu? ¿Cómo serían las cosas si por ti fuese?


22 de agosto de 2010

El demostrar.

Un sentimiento desesperado por huir lo más rápido posible, esforzar los músculos de sus piernas a superar su límite, pero al fin y al cabo no consigue superar la impotencia que siente su corazón al mantener la idea de necesitar urgentemente de la mirada que la altera, el olor que la impregna, el cariño que le muestra y lo maravillosa que la hace sentir cuando simplemente está a su lado.
La aguja segundera paso a paso va adentrándose en el futuro superando la ocasión en la que dejamos de ser niños y crear sueños para comenzar a ser adultos a los que les toca luchar poco a poco para conseguir cumplirlos, y cada día él consigue que sus deseos se hagan realidad.
Pero ella tiene una nueva necesidad, solo un hecho es el que mancha todos sus pensamientos de ahora. Nada es libre mientras no logre la próxima vez que comparta noche con él descansar desnudos ante la luz de las estrellas, abrazados sin preocupación más que la de sentir, y respirar. Que se adentren a conjunto en el mundo de los sueños y que sea despertada por él cada momento que él esté preparado para hacer el amor, porque no le importa ser despertada... no, tiene toda una vida por delante para dormir y ella quería aprovechar la manta de la noche de ese gran momento para participar en el esplendor de la consumación de dos cuerpos que muestran su afecto el uno al otro físicamente. Y que tras ello, él delicadamente la pose entre sus brazos y ella concilie el sueño de nuevo, hasta que él esté preparado...
Es fácil decir que alguien la hace sentir diferente, única. Pero lo profundo es cuando él hace que quiera ser mejor persona, la hace crecer, sentirse un poquito más en paz.

17 de agosto de 2010

Un fenómeno húmedo.

Lluvia. Algo tan sencillo, poderoso y necesario como parte de un ciclo, el ciclo del agua.
Es sorprendente cómo puede conseguir serenarme una lluvia en agosto. No sé cómo consigue que me fascine tanto que al escuchar las pequeñas gotas sobre la superficie terrestre ejerza sobre mí la tentación de ir corriendo a una ventana y buscar rápidamente una farola que desprenda luz para conseguir que divise la caída de la naturaleza sobre nosotros. Simplemente el desprendimiento del agua condensada sobre la Tierra, y aún así sigue deslumbrando en mi mente.
Esta lluvia ha despertado en mi memoria el último verano que pasé en Bélgica. Llegaron a ser todos los días soleados, menos uno de ellos que ya tenía planeado pasarlo en casa de mis primos merendando gofres caseros de mi tío Lucke. Fue lo más bello que el mundo ha dejado que contemple. Gracias al gran panorama de ventanales que daban al verde y frondoso jardín de mis tíos, podía ver como las perfectas nubes como dibujadas por un niño corrían deprisa jugueteando alrededor del sol que brillaba más que nunca. Pero a pesar de ser un día soleado, las nubes demostraban su alegría brindándonos con una preciosa lluvia que gracias a los rayos del sol y al techo de cristal de la casa mantenía en mi retina la maestría del poder de la naturaleza. Era precioso cómo podía ver como una tromba de agua intermitente caía sobre mí sin mojarme y a pesar de ello sentir cada gota fría sobre mi cuerpo, mientras el sol seguía de forma continua alimentando a mi piel.
¡Uy! Una luz cegante de repente ilumina el gris y oscuro cielo. Espero a escuchar el estruendo, pero por mucho que espero no consigo disfrutar de la llamada procedente del cielo. Miro otra vez hacia la farola, y aspiro fuertemente el olor del ambiente. El aire sucio y seco del verano es limpiado para que consiga soportar un par de semanas más este horrible calor.
Echo demasiado de menos el invierno Pero supongo que es un "quiero y no puedo", ya que siempre suplicamos que llegue pronto el calor del mediterráneo cuando las lluvias se posan en nuestras calles. Pero a pesar de ello, siempre he adorado el llover...

27 de julio de 2010

Una lágrima por cada sentimiento.

No sé qué pasa, pero me cuesta respirar, esta vez más que nunca. Una parte de mi me dice "Llora, desprende toda tu furia con un gesto de desesperación y deja que se resbalen por tus mejillas el dolor, eso te ayudará a mantener más tarde la calma". Pero justo cuando comienzo ha hacerlo, tras un par de lágrimas, mi mente cambia de opinión y me expone una gran verdad: "No lo hagas, sabes que no servirá de nada". Y es verdad. Ninguna lágrima me devolverá el tiempo perdido, las acciones realizadas ni las decisiones tomadas. El desahogo no conseguirá que los problemas se solucionen, ni que cambien las cosas, ni que se desvelen las patrañas sin ninguna consecuencia. Jamás se acabará con un berrinche. Nadie se apenará por tu demostración de arrepentimiento ni de angustia, ya que dentro del instinto de las personas se encuentra el rencor y el desprecio, y total desconfianza. No conseguirás llegar a ser mejor persona, ni que los demás lo consideren. No arreglará nada que observes por unos segundos la posibilidad de ponerle fin a una triste vida que aguanta el pensamiento de que eres una persona repugnante, ya que sabes que vivirías rota toda tu vida antes de llegar al suicidio. Cuando tu creencias han sido pisadas y escupidas por los que se supone que desean lo mejor para ti y te influencian hasta el punto de manipular tu mente para que creas que eres un deshecho humano, y lo llegas a creer. Unas palabras malsonantes no podrían hacerte tanto daño. La gente se apoya en el insulto cuando no consigue demostrar con hechos que ellos tienen la razón. Pero cuando una persona como yo, a la que humillan como cerrada de miras, pero que contradictoriamente baraja todas las posibilidades, sí se siente que no tiene remedio cuando le ponen de razón la locura. ¿Realmente estoy loca? No quiero apoyar esa idea, pero tengo miedo a ser peor que los que no quieren oír. He cometido muchos errores, he defraudado a mucha gente, he mentido en bastantes ocasiones y no admití lo que es por orgullo en infinidad de ocasiones. ¿Eso me convierte en loca? ¿Pensar que merece más mis respetos la persona que me da amor que la persona que me compra el amor es desestabilizar la cordura? ¿Por qué yo pienso que son diferentes formas de vida y perspectivas de verla y él tiene que relacionarlo con la equivocación y el egoísmo? ¿Realmente soy egoísta por pensar que hay que mostrar los pensamientos sinceros de uno mismo y no resignarse por el propio hecho de no crear polémicas? Tengo miedo de perderles, de sentirme sola mientras estoy rodeada de personas que viven felices maquinando mentiras piadosas para no hacerse daño mutuamente. Pero de lo que muestro un pánico sobrenatural es de que tenga razón, y esté entrando en el mundo de la locura. Y finalmente me doy cuenta de que sí, necesito llorar. Y lloro hasta que me cueste aún más respirar...

20 de julio de 2010

Un saltito muy importante.

Después de una pelea con una querida amiga, quise controlar mis sentimientos para observar la situación detenidamente y desde una perspectiva más objetiva y hasta considerando la empatía. Pero eso solo hizo que realzase más mi opinión sobre el tema tratado.
No mantengo la imagen querida, sino simplemente la que soy, la que tengo... ya que después de todo es lo único que nos pertenece y lo que nadie podrá nunca arrebatárnoslo, solo quedará en nuestras manos dejarla que corra libre para que divulgue en cada corriente y se mantenga a pesar de ello fuerte e inmóvil, o decisión de uno propio es el dejarse llevar por las olas del mar sin crear tus propias espectativas sobre la vida misma, simplemente viviendo, sin buscar razón absoluta por la que vivir.
Y en momentos críticos me gusta mantener la calma y visualizar si verdaderamente merece la pena luchar por esa discreción o admitir que todos somos diferentes, cosa que es normal. Pero de nuevo consiguió que mi opinión sobre la discusión en concreto se mantuviese más erguido que nunca.
Debido a ese suceso, descubrí una de las pruebas de cuando sobrepasas la línea entre ser adolescente y ser un adulto. Todavía recuerdo esos momentos ridículos de popularidad en los que nos cundía el pánico al pensar en que el chico por el que morías había mantenido una conversación con otra, que debíamos conservar la mejor imagen para gustar sintiendo miedo por el peso, el acné, ser más divertido y más alabado, siempre queriendo demostrar ante todos los brillantemente perfecta que intentas ser pero que todos saben que no eres. Y te autoconvences que lo haces porque te gusta, pero realmente es porque eres una gota de agua en una ola del mar que viene y va, que se deja llevar.
Y es ahí cuando eres consciente que no debes mantener pautas, ni obligarte a sentir necesidad donde realmente no la hay. Cuando abres los ojos y te das cuenta que realmente todo eso es una memez, que importa lo mismo que un excremento reseco de animal en mitad de un monte: es decir, NADA.
Que lo único importante es conocerse a sí mismo, mantener una paz interior y obtener lo verdaderamente necesario para ser feliz: necesidades básicas como alimentos, líquidos, seguridad, horas de sueño y objetos para abrigar tu cuerpo del frío; tener una familia que te cuide, o crearla; conseguir sentirte completa al obtener la compañía de un cónyuge y conseguir un trabajo en el que consigas mantenerte en la cúspide de Maslow, la autorealización. Y existen persona que vivirían felices descartando algunas de las necesidades que he enumerado.
Este post it consiguió llamar toda mi atención al abreviar todo lo que intento decir en unas siete palabras (cosa que yo no podría debido a mi extensión al decir lo que siento, queriendo dejarlo completamente claro).

Te añoro...

No hay mejor despertar que las mañanas que al girar mi cabeza veo tus profundos y pacíficos luceros a la par que me transmiten tu tranquilidad consiguiendo incomprensiblemente lo que muchos intentaron alcanzar, pero que ninguno obtuvo un resultado positivo: el poder de desprender cualquier estrés y presión degradante contenida en mi cuerpo dejando espacio para que capte la sensación de solamente, estar.
Nací, viví y sigo conteniendo el peso de una energía superior a la que cualquier persona puede soportar, y controlar. Pero mantienes la estabilidad hasta el punto de poder decir que controlas mis sentimientos. ¿Muy importante?
Sí, importantísimo.
Queda sepultado mi corazón en tierra, santa, ya que tus manos no pueden ser consideradas pertenecientes al mundo terrenal. Cada defecto cambia de forma como un concentrado capullo que en primavera desvela el llamativo polen entre la belleza de unos pétalos aterciopelados transformándose en una esplendorosa característica de ti al pasar por el filtro de mis retinas.
Hoy, que estás más lejos que nunca, te siento más cerca de mi ser de lo que podría sentir persona en este planeta. Un placer inimaginable es el mantener la idea de que tu mente corretea vivazmente soñando con las miles de cosas que podríamos hacer, ya que no podría estar más de acuerdo con esa felicidad que se siente por la ilusión obtenida del disfrutar de un futuro juntos del que poder hablar en un mañana.
Con la mayor simplicidad en mis palabras, te añoro hasta el punto de ser asquerosamente feliz al saber todos los días que tu también me añoras a mi.

14 de julio de 2010

Quiero mi familia.

No sé si he sido una buena hija... desde su punto de vista, ellos están mentalizados que la respuesta es no. De ser así, niego rotundamente que haya duda sobre que lo intentase, ya que esta vez la respuesta es mía y se trata de una afirmación. Sí, lo he intentado... cada día más, cada vez con más ganas de que comprendiesen que no quiero ser la oveja negra de la familia, pero parece que además de ser ya demasiado tarde, ellos no demuestran interés por escucharme, literalmente. Si intento ir al pasado tratando de encontrar precisos momentos, solo consigo que mis recuerdos se claven en situaciones de miedo, tristeza, y la peor de todas... soledad. No todo es negro en la oscuridad, he de admitir que tengo puntuales circunstancias en las que he sentido amor recibido respondiendo al que trato de entregar, sea queriendo aclarar cosas, siendo con una sencilla ayuda en casa. Nunca diré que soy perfecta... es más, soy una chica con mucho trabajo por mi simple mentalidad a la hora de enfrentarme a las cosas. Pero no creo que esa sea razón para conseguir hacerme sentir como si no tuviese remedio, como si no hubiese lugar en el mundo para mi, ni mundo en el que yo hiciese bien. Observo mi marco familiar, y solo veo el cartón que sirve de apoyo para que se sujete sobre la estantería. No hay rostros amables, ni sonrisas, ni alguna muestra de amor... no hay nada. Nada. Y abrazo a la única que sabe tranquilizarme en situaciones tan críticas como esta, convenciéndome de que ese cuerpo inerte, pase lo que pase, sea como sea, haga lo que haga, siempre me querrá porque sabe que siempre intento demostrarle que yo la quiero. Y es que no podría sentirme más entendida que en la escena de la película Magnolia, en la que desesperado y sangrando tanto físicamente como sentimentalmente, le confiesa a otro de los personajes el mayor problema que le lleva a encontrarse en esas circunstancias tan precarias por sus acciones:
"Tengo mucho amor que dar, pero no sé dónde colocarlo".
Solo quiero eso... mi familia. Crear mi propia familia.

5 de julio de 2010

Y tu, ¿en qué piensas?

La gente me pregunta que en qué pienso. Cuando presionada por los rayos del sol, tras sumergirme en el agua fría, inspiro profundamente para mantener de nuevo la constante respiración, me paro con la mirada fija hacia la infinita masa de agua que forma el pacífico mar. Si al salir del cine mis labios mudos sorprenden a mis acompañantes quienes se cuestionan el qué merodeará por mi cabeza en ese instante específico. En los momentos que miro el techo pidiendo un leve descanso a mi mente mientras estudio, los estudiantes sienten la curiosidad de saber en qué mundo se sitúa mi ser maquinando. ¿En qué pienso? Dudan sobre en qué parte se encuentra mi mente después unos segundos de melancolía a los que acompaña seguidamente una pequeña sonrisa risueña que me demuestra un poco más joven a la par de sabia. Intentan averiguar qué hace que al terminar de cocinar observe detenidamente el plato en el que me he esforzado para dar el máximo cariño a su sabor e intentar superarme a mi misma. Qué siento bajo la luna cuando me detengo a devolverle la mirada con los ojos brillosos. Lo que pasea por mis sentidos cuando al descansar de bailar en una discoteca me siento animadamente e inconscientemente analizo a las parejas que me rodean. Lo que me sucede cuando mantengo el móvil en mi mano en todo momento... Y me siguen preguntando siempre... "¿en qué piensas?" ¿Quieren saber en qué pienso? Pienso en ti.

1 de junio de 2010

El por qué de las cosas.

Como bien dijo en una ocasión Hirschberger, “el Estado de Hobbes viene a ser un hacinamiento de poder resultante del egoísmo colectivo”. Y no podría ser más profunda y clara la idea que transmite.

Mi más sincera admiración sobre este personaje histórico me obligaba a dedicarle un mínimo de tiempo a explayar su pensamiento desde mi subjetiva mirada rebosante de ante tal tema nombrado, el Estado. Comenzaré con una breve introducción para refrescar la inclinación de este sujeto sobre el origen de la tendencia a vivir en sociedad:

Teniendo en cuenta la existencia de un Estado de naturaleza en el cual los hombres se rigen por su propio instinto basándose en la ley animal del más fuerte, los hombres sufrían las consecuencias desagradables que conllevarían al caos total. Pero apoyándonos en la única característica que nos diferencia de los animales, nuestra supuesta racionalidad, nos hemos sumergido hasta la aceptación de un pacto social. Y aquí es donde expongo mi teoría.

¿Para qué realizar dicho pacto? Para intentar de forma neutral que se llegue a una convivencia pacífica donde los hombres no se vean afectados por una guerra de todos contra todos, de ahí la célebre frase de Plauto de hace más de 2000 años que por su resumida explicación por Hobbes se le atribuye como identificación de su persona:

Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit.

Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro.

Homo homini lupus. El hombre es el lobo del hombre

La sociedad surge para remediar el egoísmo y establecer una organización entre tanta destrucción con la creación de un acuerdo artificial basado en el propio interés que busca la seguridad por temor a que nos sea arrebatado lo más querido por nosotros mismos, nuestra vida.

Basándonos en la jerarquía de necesidades de Maslow, yo aguardaba una idea equivocada exponiendo la definición de seguridad propia como seguridad global e incluso sobreponiendo ante tal el nivel de afiliación y afecto en el que se encuentra la idea amistad, compañerismo, afecto y amor procedentes de relacionarse, agruparse en familias, con amistades o en organizaciones.

Conseguía justificarlo con la representación de situaciones en las que una madre elige el final de su vida si con ello conseguiría salvar la de su descendiente, pero llegando a un nivel más extremo, como vidas ajenas e incluso vidas desconocidas. No sé si por casualidades o propios hechos me han hecho cambiar de opinión y conseguir que mi corazón se entristezca al mantener la creencia de que las mayoría de humanos son personas con corazones podridos.

Nos unimos en sociedad no por la necesidad de compartir nuestra vida de una forma más completa por el propio hecho de “compartirla” como siempre mi ingenua mente había mantenido como razón pura, sino que he aprendido que nuestra formación en sociedad se debe a una única solución encontrada por el hombre para acabar con tal desorden, pero manipulada por la intención del hombre de acumular el poder y canalizarlo contra otras sociedades, pasando de una anarquía a una dictadura indirecta.

¿Y ustedes qué pensáis? ¿Es parte del instinto animal o una simple característica de la persona el unirnos en sociedad? Y si el ser egoísta es parte de nuestro instinto animal ¿puede que seamos más humanos los que consideramos que hay personas que no son así?

24 de mayo de 2010

Pequeñito.

- Pensándolo bien... sí que tenía algo que decirte- subrayó ella al recordar un tema pasado. Él sin ánimo de demostrar su entusiasmo dijo: - A ver, suéltalo. - Vale vale, sin exigencias... ¿recuerdas que quería conseguir un mote cariño para ti? - Ajá... - Pero no encontraba ninguno. - ¿Y sigues dándole vueltas? - Sí, por supuesto. No he parado de pensar en ello desde el momento en el que empecé a querer sustituir tu nombre por un apodo curioso y simpatizante contigo, pero es que todos me parece tan absurdos e insignificantes... - No tiene importancia, cualquiera me gustaría procediendo de ti- dijo él con una sonrisa en sus labios esperando un sonrojo. Pero ella entristecida comentó cabizbaja: - Pero no quiero cualquiera, quiero uno especial, uno perfecto para ti, es muy importante. Él sorprendido, acabó siendo el sonrojado. - Aún así -prosiguió ella- creo haber encontrado el adecuado. Sin conseguir ocultar su gran interés por saberlo, él respondió vivazmente: - ¿Y a qué estás esperando para decírmelo? - ¡Qué impaciente te encuentro hoy! Pues, finalmente elegí... ¡pequeñito! Él desilusionado a la par que burlón criticó su decisión: - Jajajaja. ¿Pequeñito? Pero si soy más grande que tu, tanto de tamaño como de edad. No tiene sentido y no me gusta. Vamos a ver... pero ¿de dónde has sacado la idea de llamarme así? Ella seria y directa se explicó: - Elegí esa palabra porque aunque seas más grande y mayor que yo, tienes un corazón tan grande que conforme a ti hace que te encuentre diminuto. Él, asombrado ante lo dicho, se acercó a ella para darle un beso y mientras la abrazaba le susurró: - No hay quien te entienda...

19 de mayo de 2010

Si tu no estás aquí...

No quiero estar sin tí, Si tú no estás aquí me sobra el aire. No quiero estar así, si tú no estás la gente se hace nadie. Si tú no estás aquí, no sé que diablos hago amándote. Si tú no estás aquí sabrás que Dios no va a entender porqué te vas. No quiero estar sin tí, si tu no estás aquí me falta el sueño. No quiero andar así, latiendo un corazón de amor sin dueño. Si tú no estás aquí, no sé que diablos hago amándote. Si tú no estás aquí sabrás que Dios no va a entender porque te vas. Derramaré mis sueños si algún día no te tengo: lo más grande se hará lo más pequeño. Pasearé en un cielo sin estrellas esta vez tratando de entender quién hizo un infierno el paraiso. No te vayas nunca, porque no puedo estar sin tí. Si tú no estás aquí, me quema el aire. Si tú no estás aquí, no sé que diablos hago amándote. Si tú no estás aquí sabrás que Dios no va a entender porqué te vas. Si tu no estás aquí...

9 de mayo de 2010

Sentimientos recios.

Inspiro para soplar suavemente sobre el aroma caliente de la timidez de un café matutino brindado a caer sobre tus labios. Observo como los principios se desgastan entre el viene y va con la picardía del agua salada de un grandioso mar que esconden profundos sentimientos. Corro con la intención de capturar la confianza en tus manos y desnudar tu ser consiguiendo que seduzcamos nuestra propia naturaleza como persona, como alma que cohibida por las pautas de una educación es encendida por la pasión de embellecer la colisión de las normas y demostrarnos que existe una perfección en el individuo que se forma cuando las propias imperfecciones de la vida son agitadas por el amor del existir del semejante.

Que la llaneza de nuestros cuerpos aparezca de la nada como el rocío se posa en las hojas de la vida cuando caen las frescas y castas noches de primavera. Que la palabra formalismo cruce la línea de negatividad y no exista como tal cuando luchamos porque no haya ningún milímetro que nos separe. Deseo que muera la incertidumbre de esta historia y que los trazos sean pintados con la máxima claridad que los colores de este mundo nos dejen imaginar.

Tu seguridad entusiasma a mi corazón para que lance la cordialidad por la ventana y viaje esperanzada hacia tu alma que íntimamente me deslumbra con la naturalidad con la que cuidas mis debilidades consiguiendo que se conviertan más formidables y recias.

Ámame, que no es poco. Haz que tu sencillez devore la eterna libertad de la vida, porque no soy libre sin ti y vivo presa de tus abrazos. Omitid cualquier ciclo vital y vayámonos a absorber la savia de la vida. Acabemos con el orden y soltemos nuestros cuerpos a la entrega franca transmitiéndonos con total sinceridad la fe de nuestros pensamientos. Ámame, pero sin miedo. Ámame, porque yo ya empiezo a hacerlo.

3 de abril de 2010

Efecto inverso.

Tengo la fea costumbre de enamorarme demasiado rápido y entregarme pasionalmente a las relaciones. A ti me entregué, pero él es diferente... lo que hay entre él y yo es parte de una historia sideral y sobre todo sexual. El tiempo y la experiencia produjo un efecto confuso en mí, creyendo que mis gustos permanecerían por el mismo camino. Pero no fue así, sino que su amor desembocó en un cambio astral en mi placer.
En mi disfrute siempre se encontraba el manto de la oscuridad, que solo la luz de la luna rozase nuestros cuerpos desnudos mientras tu me guardabas en alma y piel en la seguridad de tus brazos y tus labios consiguiendo que muriese de amor por un nuevo sentir que nunca esperaba que emanase de mi pecho consiguiendo la iluminación de mis ojos posados en tu tenue cuerpo. Pero con los años y la experiencia mis movimientos cambiaron produciendo una modificación radical en el sentir mutuo y par en el que el morbo absorbió toda la tormenta dejando solo la pasión a salvo. Avisé de mi tendencia lucrativa ya que la luminosidad conseguía ver claramente lo que mis manos observaban desde hace tiempo, y así conseguir una perfecta visión por los cinco sentidos: su olor, su tacto, su respiración, su sabor y ahora hasta su presencia me pertenecía hasta el punto de disfrutar de él y profundizar sobre un nuevo sentido, el de la percepción del interior y la llegada al alma. No quiero perderme detalle, solo deseo ver sus ojos, sus manos, su pecho, su espalda, sus piernas, su rostro, su pelo, sus labios, toda su piel... quiero verlo y sentirlo todo sin querer esconder nada.

22 de febrero de 2010

¿Qué es maravilloso?

Maravilloso es el sentir la presencia de aquella persona tan especial. Que al apretar su mano recibas una dulce caricia de sus dedos como respuesta. La extraña reacción que siente tu piel como una brisa de la felicidad al recordar los enormes regalos que son cada uno de sus pequeños besos. Que todo gesto es procedente del cariño teñido del color del aroma que perfuma su cuerpo. Es la añoranza cuando se da la vuelta mientras tú sigues el camino a casa.

Su significado es el pedirle a Dios que te entregue unos segundos de más para poder simplemente quedarte mirando su hermoso rostro. La mínima distancia que mantiene tu presencia de la suya mientras agradeces sentir su respiración cálida que desprende su nariz resbalando sobre tu piel. Maravilloso es cuando tus miles de versos se amontonan creando una fusión en la boca que no te deja decirle con claridad lo tantísimo que quisieras compartir con él. Es el defender ese sentimiento de especialidad que aprecias al trazar la idea de ser única en su persona.

Maravilloso es que tu corazón crezca cada vez que te mantiene entre sus brazos tan pasionalmente y tu cuerpo hace un esfuerzo para absorber ese instante y guardarlo en la caja de momentos de felicidad extrema.

Su definición es el temor a entregar demasiado de ti y la impotencia por la ignorancia de no saber hasta qué punto tus besos mantienen contacto con su alma. Son las dudas por las que pasa tu mente al preguntarte si llegarás a ser suficiente, y aún siéndolo el miedo a que por su estupidez despedace tu amor.

Es un adjetivo que se añade a toda palabra cuando esa persona fluye por tu mente.

Porque cada sentimiento a su lado, es maravilloso.

19 de febrero de 2010

Un papá genial.

Me encanta dar rienda suelta a mi mente y dejar que indague en la idea de un futuro. Últimamente suelo seguir la creación de situaciones de paternidad entre mis semejantes. Me es curioso imaginar como se comportarían los adolescentes que ahora mismo se encuentran bailando entre hormonas alocadas, sobre todo cuando se tratan de hombres. Y me resulta gracioso cuando estos pequeños y desconcertados proyectos de padres me explican cómo educarían y formarían a sus descendientes, procedentes de su sangre y creación del placentero amor de él y su cónyuge.Así, mis pequeños compañeros comparten conmigo la respuesta de "¿Qué harías si tu hijo sacase malas notas?"o alguna más picante como "¿Qué pasaría si descubrieses a tu hija de dieciséis años con un chico mayor manteniendo algún tipo de contacto físico?"Suelo intentar reproducirles una situación lo más específicamente posible para que ellos consigan fusionarse con el papel de padre jefe y así que por voluntad propia muestren que la palabra celos asoma los dedos por el quicio de la puerta siendo empujada por la de protección. Tras acabar con la charla personal que mantenemos, el adolescente descubre como iluminación divina una parte de él que ni siquiera conocía, sorprendiéndose a sí mismos y entendiendo en un mínimo sentido el comportamiento al que nosotros consideramos como injusto de los padres en su conjunto.

Y como una especie de regla sin excepción, siempre finalizan este acontecimiento añadiendo una simple frase que siempre ronda en la misma línea: "Pero para eso queda mucho..." así consiguiendo restarle importancia y que su mente se abstenga de seguir intentando responder a mis extrañas preguntas sin que manifieste el sentimiento de paternidad ni sin llegar a producir una de las reacciones que obtenemos de nuestros propios padres a las que somos reacios a aceptar. Pero amigos míos, chicos universitarios aspirantes a crear familias y seguir la existencia de la humanidad y la formación de nuevas sociedades con nuestros descendientes, ese futuro no está mucho más lejos de donde lo pintamos nosotros.

22 de enero de 2010

No es una historia.

Paso a paso, cruzo la calle con tranquilidad hasta intentar llegar a mi casa, a mi dulce y acogedor hogar. Ando descalza, pero no me importa. El suelo de la calle esta frío, como los cuerpos que descansan reposados sobre la acera o en el asfalto de la ancha y crujiente carretera. Cada zancada que me propongo con ayuda de las muletas es un esfuerzo que requiere mayor voluntad conforme pasan los segundos, ya que mis manos agrietadas sufren por el peso de mi cuerpo y el único punto de apoyo, mi pie, mantiene una forma cada ver más amorfa debido las infecciones que mi cuerpo padece y contra la que mi alma lucha sin descanso. Observo atónita la fachada del barrio que me rodea, y sin tener palabras con las que expresar esta desolación, en silencio sigo desplazándome con dificultad cada vez más cerca de mi destino, de vuelta a mi humilde morada. La fuente de la plaza principal demuestra la sequedad de nuestras bocas, que con la ayuda de la lengua intentamos obtener la máxima cantidad de salida para recobrar la vitalidad de nuestra garganta e intentar tragar con fluidez, pero se trata de una acción sencilla que nos es imposible. Consigo ver entre los escombros que quedan a mi antes insoportable colegio los libros y el amueblado ahora sin arreglo; aunque ahora tenga otro aspecto, mis ojos se funden con la imaginación y me devuelven mi ahora añorado colegio. Afilando mi mirada descubro el dolor de la imagen de conocidos que ahora mantienen su ser lejos de nuestro país, lejos del mundo sensible. Allí vivía mi mejor amiga. Desde que todo cobró movimiento no he conseguido saber nada sobre ella, ni sobre nadie en particular. Solo rezo porque cuando se calme todo esto, ella haya corrido la misma suerte que yo y que ante todo no haya perdido la cabeza, literalmente. Debo andar con cuidado de no pisar algún resto de la estructura de las viviendas y hacer daño a mi único pie desnudo que temblando busca la mejor postura en cada pisada para conseguir descansar aunque sea brevemente, y que a pesar de ello, agradece totalmente. Queda poco, solo tengo que doblar la esquina del supermercado donde se produjo el tiroteo por soldados debido al saqueo a causa de falta de alimentos y de materiales básicos. Local de mi tía, la que se encontraron entre los escombros cinco días después de su derrumbamiento y a la que yo le lloré desconsoladamente pero por otra parte alegre por haber sobrevivido, y por haber mantenido el poder para seguir en esta catástrofe acompañándome sin ningún familiar más al cual podía aferrarme. Mantengo la mirada fija en el suelo polvoriento con miedo a lo que iba a descubrir. Cuando me encuentro frente a mi casa, alzo la mirada con la pequeña e ingenua esperanza de encontrarla intacta. Pero solo consigo ver como mis ojos siguen la mirada hasta llegar a las montañas pobres de mi país, como un alveolo, nada más consigo ver un hueco entre otras dos viviendas que mantienen en pie su estructura con graves daños, las casas de mis difuntos vecinos. Creo que el pensamiento más doloroso es el pensar que nada de esto es un sueño, ni una pesadilla, sino que ya nada conseguirá tener los despreciables colores de tenía antes y que ahora solo existe un color: el de la muerte. Si antes me quejaba de mi anterior vida, ahora le exijo a la vida que me devuelva lo que me ha arrebatado.

17 de enero de 2010

Tengo miedo.

Siento pánico y no es al pensar en asesinatos, en daños físicos ni en situaciones paranormales. Miro a mi alrededor y veo que todo lo que he querido, lo he conseguido: mis caprichos innecesarios se completaron uno a uno, y aún así tristemente exijo más a pesar de tener más de tenerlo todo. No es por halardear, mas solo demuestro así lo contrario: un conjunto de materiales escasos de sentimientos y utilidad, inservibles sin razón por las que existir y de un gran valor monetario que verdaderamente es absurdo. No observo una demostración de sus ansias de vivir, interés por conocer ni razones por las que existir. Tengo miedo a mirar de nuevo a mi alrededor y no ver un corazón rebosante que me indique el deseo de compartir la belleza del mundo conmigo. Tengo pavor a la soledad, a la ignorancia del vivir. Unas circunstancias marcan a una persona durante toda la vida: una familia rota, unas malas compañías, malos hábitos, momentos arduos, un lugar difícil donde vivir, o donde intentar sobrevivir... todo es decisivo. Mi pesadilla se crea cuando las circunstancias te dicen que tu corazón tiene que estar solo, frío y dolorido hasta que deje de palpitar.¿Y si es culpa mía? ¿Y si verdaderamente llego a ser el problema? ¿Y si me estoy convirtiendo en otra oveja del rebaño que su mente se alimenta del consumismo y en el sistema de robots competitivos con solo el motivo de luchar por una adquisición ganancial mayor? ¿Y si ello conlleva a que deje de crear la energía del querer vivir? ¿Todos nos sentimos así, o verdaderamente soy un cáncer producido por la sociedad? Se pudren mis ilusiones que me daban las ganas de batallar creándome una idea equivocada de mi, una imagen de la necesidad de aprender y de demostrarle al mundo el poder de la persona para fundar un bien, para un beneficio en el balance mundial. El gran enemigo que me persigue tras cada caída es la ignorancia, el pensar que el arquetipo de ser peculiar se desvanece conforme el mundo me demuestra lo verdaderamente débil que soy, el tiempo que he perdido y pierdo transformándome en una cifra baja dentro de una lista numérica.Pero si lo considero, es porque lo pongo en duda. Creo que lo que nos diferencia de los ignorantes es la necesidad de entender nuestra propia razón, el por qué sucede todo esto y la forma de crear un bien mejor a partir del avance y de la experiencia, sin caer con la misma piedra. Y lo que nos distingue de la sociedad-rebaño es que tras todo este pesar, seguimos en la búsqueda de un mayor bienestar común.