22 de noviembre de 2011

La banda sonora de mi vida.

He de admitir que tengo un problema. Un problema con tu sonrisa, con tus ojos, con tus manos y tu querer. Mis dedos podrían moverse sobre este teclado tan rápidos y ágiles como los de un pianista eufórico en su partitura y no me cansaría de escribir cada cosa que me gusta de ti, y así, sin repetir. Estoy profundamente enamorada del musical que producimos con el sonido de nuestro besos, cautivada por el ritmo de las palpitaciones de tu corazón por el cuál me guío para no desviarme del camino de la pasión. Consigues que me deje llevar por tus notas músicales hasta el punto de dejar que tu seas quien improvises qué será lo próximo, a ver qué tal suena...
Obliga a mi cintura seguir el compás con tu cuerpo que si no pierdo el equilibrio. Siento tantísimo que ya las palabras me suenan a metáforas. Como bien dijo Nietzsche "Se abren todas las palabras, y los armarios del ser: todo quiere hacerse palabra, todo devenir quiere aprender a hablar en metáfora". Pero en metáfora fluye, y es la imagen borrosa del verdadero sentir por ti.
Y en el transcurrir de la música, me dejo llevar por tus pasos porque así te siento más dentro de mi. No necesito que la música resulte, no... porque yo la oigo retumbar en mi mente simplemente cuando te acercas a mi y me dedicas esas miradas en las que me pierdo en esos ojos azules que manchados de tonalidades desembocan en un placentero melodía armoniosa. Vuelve a hacerla sonar, vuelve a practicar el sonido de las caricias de nuestros labios y engatúsame como haces en cada canción, en cada momento.
Entre teclas negras y blancas haz que pueda escuchar el dulce amar de la vida. Comienza a hacer música de la ternura, déjate llevar por tus manos hasta descubrir notas que se salen de la tesitura conocida. Hagamos nuestra propia dirección de la historia musical hasta proceder a la mirada de las estrellas arrítmicas que celosamente divisan nuestro acoplamiento en abrazos eternos.
Ya no necesito nada en esta vida, porque lo tengo todo. Porque te tengo a ti, porque entiendo cada una de tus notas musicales, porque tu sonido me suena a música, porque el placer de mi subsistencia se basa en tu melodía.

17 de noviembre de 2011

17 nov.

Quería escribirte la felicitación más bonita del mundo, pero no encuentro las palabras exactas, así que me limitaré a vomitar un arcoiris de sentimientos por ti.
En un deporte considerado de brutos jugado por caballeros, en el cuál el Rugby Femenino es rotundamente negado a ser ni rugby, ni femenino... Un día encontré un rayito de luz que iluminaba el campo. Es de esas energía que no se ven, pero que al fin y al cabo de sienten. En la distancia desconocíamos la personalidad de cada una de nosotras, pero el tiempo y el cariño nos demostró la importancia de la amistad en una feliz vida.
Considerando tiempo de estudio con intermitentes juegos y risas nos impartimos a nosotras mismas la diversión de nuestra compañía. Ese placer de tenerte a mi lado, esa imagen constante en la mente de risa sana de la cual se dice que te aportan más días de vida son algunas de tus cualidades como persona. Y entre risa y risa se cuela en nuestras palabras el amor del rugby, la pasión que me transmitías con tanta seguridad y así, creando en mi una nueva persona basada en mi parte escondida que se mantenía callada en la buhardilla, pero mejorada: la Silvia luchadora.
Esa bombero oportunista que consigue entenderse con todo y todos lo que sucede alrededor, esa placentera sonrisa que te aporta no lo que quieres escuchar, sino lo que necesitas saber. Y los días corren y corren empujándonos a nuestras espaldas mientras nosotras andamos a paso tranquilo riéndonos acompañadas de nuestros amigos en común.
Tal que así, cada día te quiero más, y cada día que pasas en la lejanía es un día más que aprender lo valiosa que es la amistad. Espontánea como la vida y radiantes tus dientes que asoman por esa preciosa boca de caramelo que produce tan agradable sonido cuando sin esperarlo reparte besos por mejillas.
Hoy es un gran día, y es día de celebración. Porque hace veintiún años que nació el radiante reflejo del sol en las olas del mar. Felicidades Miu :)

25 de septiembre de 2011

Hasta que pase la tormenta.

Deja que me quede un rato más aquí, solo hasta que pase la tormenta. Déjame que puede que no vuelva a sonreír, quédate conmigo y me orientas. Antes de que suene a despedida, la tristeza sostenida que no deja de latir. Y antes de que te des por vencido, piensa que es la única vida que podemos compartir... Deja que me quede un rato más aquí, quiero que me apuntes en tu agenda. Deja que me quede y nunca más me vuelva a ir, no me dejes ser solo a medias. Antes de que suene a despedida, la tristeza sostenida que no deja de latir. Y antes de que te des por vencido, piensa que es la única vida que podemos compartir, que podemos compartir...
Deja que me quede un rato más aquí, deja que remiende tus heridas. Esas que yo misma hace unos días descosí... déjame ser tu paracaídas. Antes de que suene a despedida la tristeza sostenida que no deja de latir. Y antes de que te des por vencido piensa que es única vida que podemos compartir, que podemos compartir... que podemos compartir.

15 de septiembre de 2011

Imposible.

Es sorprendente cómo nos desvanecemos con el olvido de los recuerdos que forman parte de nosotros de un enlace que inconscientemente está alerta siempre, los sentimientos. Una caricia con la dulzura de un chocolate belga corre por una espalda con vida que contar y orejas con ansias de escucharlas. La suave mirada barnizada con el amor de la esperanza conocida como "para siempre". Murmullos provocados por los latidos de un corazón que sucio y abandonado fue arrancado por un torrente de compañía que se encargó de mimarlo y educarlo lo mejor que conocía, aunque no fuese la forma más correcta.
Con la pureza del blanco glaciar fueron derritiéndose a causa de inyecciones de la calidez de abrazos. La inmersión en el bosque cabelludo por parte de esos pequeños soldados rechonchos curiosos por indagar en todo su planeta. Los años dejaron de tener abriles y los ríos de sangre comenzaron a secarse más y más... y los surcos que dejaron grietas quebradizas comenzaron a pudrirse de manchas con olor a sufrimiento. Y todo recuerdo se cristaliza como tal, como un recuerdo más. Como recuerdo en la vitrina del que reflexionar para construir un futuro mejor y aprender de la experiencia. No importa el valor porque todo lo pudre y nada descansa en paz cuando el veneno de la agonía entra en contacto con la integridad del ser. No quise, no debí, me lo temía, pero lo hice. Imposible que sepamos ahora si es un nos vemos pronto, un hasta mañana, un a ver si coincidimos o un que te vaya bien en la vida... lo único que existe ahora es el adiós.

27 de agosto de 2011

Semilla en la tierra.

Duele, la vida como un puñal hay veces que duele. Y nada tiene que ver con tu boca, que hecha para besar hay veces que muerde, que anuncia cordura y a veces se vuelve loca. Y duele porque la piel no es materia inerte, y duele porque el querer es dolerse a veces.
Tiembla, la vida como con miedo hay veces que tiembla. Y nada tiene que ver con el aire, que mueve tu ropa en noches de luna escueta, que aprieta suelta y evoca y me enloquece, y tiembla por los latidos que tu provocas y también porque el querer es temblar a veces.
Y cada uno en su camino va cantando espantando sus penas, y cada cual en su destino va llenando de soles sus venas. Y yo aquí sigo en mi trinchera, corazón, tirando piedras contra la última frontera: la que separa el mar del cielo, del color de tus maneras. La que me lleva a la guerra, a ser semilla en la tierra.
Y no me pidas tanto, corazón, que tengo poco aire en el pulmón. Lo que tengo es un castillo en el cielo. Si viene la guadaña a mi rincón enjuágame la frente en tu sudor y le das un beso a todos si me muero...
Ríe, la vida como un volcán hay veces que ríe. Y nada tiene que ver con el tiempo. Se ríe porque para ella somos tan leves como el humo azul que del pudor se desprende. Y ríe porque tu llanto se lo merece y también porque el querer es reírse a veces.
Vive, la vida por compasión hay veces que vive. Y nada tiene que ver con la muerte. Y cuando llegue ese instante déjame verte, que no hay mayor libertad que tenerte enfrente y que nadie sea absuelto por que quererse y vive porque el querer es vivir con creces.
Y cada uno en su camino va cantando espantando sus penas, y cada cual en su destino va llenando de soles sus venas. Y yo aquí sigo en mi trinchera, corazón, tirando piedras contra la última frontera: la que separa el mar del cielo, del color de tus maneras. La que me lleva a la guerra, a ser semilla en la tierra.
Y no me pidas tanto, corazón, que tengo poco aire en el pulmón. Lo que tengo es un castillo en el cielo. Si viene la guadaña a mi rincón enjuágame la frente en tu sudor y le das un beso a todos si me muero, y le das un beso a todos si me muero...
Y si todo es semilla no me dolerá la astilla que sangran de mi costado. Tus andares de chiquilla, y no me digas nada, déjame a mi en mi ventana con los pies del otro lado, yo me fumo mis mañanas.

31 de julio de 2011

Esta fotografía es mi prueba.

Duanne Michals, Esta fotografía es mi prueba, 1975.
ESTA FOTOGRAFÍA ES MI PRUEBA
Esta fotografía es mi prueba. Existió aquella tarde cuando las cosas aún iban bien entre nosotros, y ella me abrazaba, y éramos tan felices. Ocurrió realmente, ella me amó. ¡Mira, ve por ti mismo!

15 de mayo de 2011

Todo lo que no esperabas ser.

El conocimiento de una intensa punzada duele más al divisarse con los ojos de cordero degollado. Sabía ya el color que mantiene el dolor cuando mancha mi corazón, pero no entendía por qué esta vez no conseguía controlarla, y cada segundo que paseaba esas despreciables pautas morales por mi cabeza, el negro de la agonía teñía todo mi corazón extendiéndose por pulmones como el cáncer va pudriendo el interior de la persona, y su vitalidad. Y así mi amor iba desapareciendo bajo el tinte de la tortura que era para mi considerar el hecho de que siguieses alimentando esa perspectiva ante la vida mientras yo que lo que tocaba en esa ocasión. Y cada vez los gritos de mi moribundo corazón fueron desahogados bajo mis labios en forma de causa de disputa. "¿Y qué puedo hacer?" me consultabas con la más grande exasperación jamás percibida en tu mirada. Y yo abatida me daba por vencida por un pasado que ante mis principios era inaceptable, por primera vez en este tipo de asuntos, estaba totalmente en blanco.
Era una lucha entre mi parte iusnaturalista y la positivista. Una maleable y blanda perspectiva que se dejaba llevar por la risueña mentalidad sin considerar presente ni pasado y atente a la idea subjetiva de la vida sin tener en cuenta las consecuencias que conllevan a la más grande de las penas. En cambio, la otra rígida e inflexible que como escudo salvaguarda bajo el sacrificio de la libertad de algunos sentimientos que tendrán que ser omitidos para que el arriesgarse no sea parte de las opciones para que así no me superen los llantos a los que observo desde la lejanía con pavor. No, lo siento... pero no puedo quebrantar ni mi razonamiento objetivo ni la ingenuidad y belleza del dejarse llevar.
Tras el mayor ataque de ansiedad provocado, aunque fuese de forma necesaria, solucionaste el conflicto como tu bien sabes: a base de estrenar tus sentimientos que explotan y vierten todo lo que mi cuerpo precisa para conseguir que vuelva a la normalidad. Que no... que nunca lo entendí, pero no puedes optar por alternativas si desconoces la existencia de otra a elegir. Y sí... he de reconocer que me quedé boquiabierta, que era lo que me urgía ya que era lo que desde hace mucho tiempo ansiaba. No lo esperaba, ya que no consideré tal solución... pero es verdad que ahora sí que esto es perfecto. Sí, volvamos a empezar y que este tiempo de enseñanza haya terminado, que ahora nos tocan los momentos de disfrutar de tus sentimientos y de mi felicidad. Comenzaste a ser todo lo que no te esperabas ser y que yo no me creía que llegaras a ser.

28 de abril de 2011

Porque te quiero.

Sigo siendo libre. Nada es complicado a tu lado, tu me haces libre. Estoy irreconocible desde que te conocí, más vivo y más sensible porque estás aquí, contando tus segundos junto a mi. Y esto lo escribí pensando en ti, porque te quiero.
Porque te quiero, por encima de cualquier pero, mas allá del poderoso caballero con dinero. Tu renaces al amante y adormeces al guerrero, haces que solo sepa hablar con el corazón primero. Y te quiero, eres la luz de mi agujero, esa manta que me arropa en este frío mes de enero. Eres la más linda flor que vi crecer entre mis tierras, la luz y la paz de un reportero de guerra. Y por ti saltaré todas las vallas vayas donde vayas, besaré tus huellas en el suelo porque te quiero, gritaré al planeta entero que eres tu y soy yo, salvaré cualquier escollo con tu apoyo.
Treparé por tu espalda hasta llegar a tu cuello para acariciar tu oído y definirte lo mas bello. Todos tus detalles, todos tus destellos son astros en el cielo y no puedo vivir sin ellos. No crees que es lógico que me obsesione en pintar en tu cara sonrisas la mayor de mis pasiones es, y hoy de nuevo volví a soñar con mis frases para que las escuchases y volases, sé que me crees. Siempre sabes ser mi guía y mostrarme las direcciones en mis momentos de duda ante las duras decisiones. Qué fácil lo pones, sin condiciones... ya ves, todo son celebraciones.
No es normal que me emocione cuando vienes y me creces y me meces en tu amor y en tus vaivenes de paz y sosiego. Cada problema es un juego, tu amor me hace libre y a tu amor me entrego. No pasa el tiempo si te tengo al lado, no existen sombras, desde que has llegado me has iluminado. No pasa nada malo porque estás al lado, tu amor hace libre ha este loco enamorado. Estare allí cuando llores y cuando rías, en tus días de melancolia y en tus alegrías, estaré allí cuando duermas y cuando sueñes, en tus miedos más profundos y en tus noches mas frías. Tan solo déjame escribirte, retratarte, rescatarte de la nada siempre que te sientas triste. Tan solo con mirarte cada madrugada, tu aroma impulsa a mi pluma, sientes mi peso hasta en tu almohada. Cada milésima en tus piernas y en tu olor, cada noche se hace eterna si tu estas alrededor.
Por favor, mantente cerca de este constructor de puentes con don de gentes y que hace el amor con las mentes. De este demente que tendrás enfrente cuando despiertes, sonriente, como siempre tan resplandeciente. Y es que esos dientes son diamantes. Y es que tus ojos son dibujos que hablan de como te sientes. Y antes de que preguntes yo respondo, siempre llego hasta el fondo de tu mundo más profundo y hondo. Cuando vamos paseando, conversando, cuando ves que estoy mirando, sacando mi lado más tierno, estudiando tus movimientos bajo el sol y escribiendo sin control bajo este árbol, amor de mármol.
Siempre firme ante cualquier adversidad entre en el tren de la vida contigo hacia la libertad. Y así es tu amor, como un suspiro de tu boca que hace mi sueño tranquilo. Así es tu amor y con tu amor respiro, todo tiene sentido incluso la muerte después de este amor vivido.
Tu amor me hace libre y así de libre lo digo.
Y hoy le canto al amor, al amor loco, amor de mi por vos y de vos por otro, amor de un encuentro, amor innato, amor en bruto, amor de una vida o de un minuto. Tu amor me hace libre.

22 de abril de 2011

Si no mueres por mi, muero.

Muy a mi pesar comienzo a perder el apetito y no sé en qué concentrarme. Pretendo desflorar esos pequeños fragmentos que siempre me hacen desprenderme de la oscuridad, pero ese negruno manto me absorbe consumiendo todo mi consuelo. Será culpa de la vida, o mía sin irnos más lejos, pero lo único que sé es que bajo tu mano mis sonrisas se pueden contar con una mano y se me acabaron los caminos que enseñarte para que comprendas lo que necesito. Mantengo mi dedo más rechoncho al alza aunque dudo si conservar la idea de la lucha o la de solo un simple prolongamiento de lo que ninguno de los dos quiere escuchar. Me desanimo tras no observar mi alegría, pero ¿depende de mi?
Y ya rozamos la locura atravesando por el túnel de la desesperación que se desvía por el amor desconsolado o la rabia por las dudas. Rabia que contamina mis venas y desprenden manchas imborrables con forma de cansancio, que mi piel no olvida y que tu divisas amargamente. Mis lágrimas se congelaron y no te volveré a llorar, pero consecuentemente no volveré si no corres el riesgo de llorar por mi. La sencillez de mi felicidad ha sido enterrada entre penas pesadas como rocas y cuanto más se mueven las agujas aumentan de tamaño hasta que se vuelvan inmunes a tus perdones. He perdido mucha saliva en intentos por acabar con tus males que ahora me atacan en pesadillas de soledad.
Lo necesito, y esta vez sin posibilidad de negación. Róbame el corazón y cómetelo a base de aventuras. Olvidemos nuestros paraguas y cantemos bajo la lluvia rodeados de desconocidos mientras que miran envidiados del tu y yo. Quiero que te quedes sin palabras por habérmelas nombrado todas hasta gastarlas, incluso las que nos inventamos los dos. Hagamos el amor con solo miradas, conozcamos partes de nosotros que jamás entregaremos a nadie y que siempre mantendremos en secreto. Quiero morir por tu pasión y que tu quieras morir por mi. Deseo hacerte entender que todos los celos, enfados, miedos, ataques, rencores, berrinches, malentendidos y gritos sin trasfondo es porque también soy egoísta y solo te quiero para mi. Alimento mis esperanzas siendo tu falta de sorpresas que como una montaña rusa entre altibajos luchan por conseguir estabilidad pero que sin tus esfuerzos no puedo mantener sola.
Y puede ser culpa mía, por pedirte de nuevo demasiado...

20 de abril de 2011

I love universitarios.

Cuando me preguntaban en los test absurdos cuál era mi día preferido de la semana siempre mantenía dudas sobre ello... por supuesto sobre un lunes no tenía dudas. Pero... ¿Viernes? ¿Sábado? ¿Domingo? No... definitivamente no lo tenía claro y siempre acababa eligiendo cualquiera al azar. Tras mucho tiempo considerando esta pregunta como ilógica, descubrí cuál es el día el cual decido admirar. Pero en mi caso (como diferente para lo bueno y para lo malo) no se trata de un día, sino de días... los días del universitario.Tras una comida excelente acompañada por tantas niñas distintas entre ellas, procedimos a subirnos a un autobús con las mismas intenciones: jugar en el Campeonato de España universitario de Rugby Femenino. Tomo comenzó con anécdotas y una gran armonía entre nosotras hasta parecernos corto el viaje de ida. Al llegar nos alojaron en un maravilloso Hotel en el cual nos sentíamos como en casa, y como en mi esperada futura casa la compartí con dos ángeles caídos (del cielo) sobre un campo de rugby.
Era la hora de cenar y cuando me tocó sentarme en el asiento del fondo me dio la impresión de que estaba presidiendo la mesa de la gran familia a la que pertenezco. A pesar de no poder comer lo que quisiera (¡gracias Killer!) me alegraba saber que se preocupaban por mi ya que esa parte de mi voluntad desistió dándose por vencido y valorarme como un caso perdido.
La primera noche durmiendo en camas más grandes que en las que hemos dormido las tres juntas. Divino. Diversión, música, risas, bailes sobre la cama y charlas sin fin en el baño (que para eso somos mujeres). Dos mañaneras madrugan para correr inconscientes de que tendrán más tarde dos horas de calentamiento antes de los partidos (no me
puedo quejar porque me encantó la parte en la que nos dábamos masajitos en las piernas y en
el cuello para descargar). Y después, el momento antes del momento. La tensión anterior a cualquier acto crucial en la vida misma, en la vida de toda jugadora, en la vida de cada una de la
s jugadoras de Málaga. Y comienzan los partidos. Una tensión tras otra se apodera de nuestro cuerpo y nuestra mente acabando por enseñarnos el papel tan importante que tiene concentrarse antes de los partidos, y confiar en la jugadora que tienes al lado.
Las novatadas tan dulces como las que lo organizaron consiguieron que se divirtiesen hasta los cocineros del Hotel. Y no hablemos de las canciones... esas míticas voces al unísono que por las calles sin cobardía luchaban por alzar cada vez más sus roncas voces. Sí, han sido días duros, días raros, días serios, días decepcionantes y días en los que aprendes mucho de cada persona y de ti misma... pero sobre todo días increíblemente preciosos.
Después de sentir tanto en tan poco, llegó en Torneo sub-19 en Málaga, y ya me ganasteis por completo. Con Granada como primer partido, casi todas las novatas que formábamos las líneas de Málaga intentábamos hacer caso a las palabras de Jan y teníamos que retener la idea de que éramos tan fuertes, rápidas y experimentadas como cada una de las veteranas, y tal como lo dijo lo cumplimos. Con lo que me respecta a mi, me tocaba ser Centu y maravillada por jugar de centro quise creérmelo con todas mis fuerzas desde mi perspectiva fueron los mejores (de los pocos) partidos de mi vida.
Y después de todo, cada uno tiene su familia... y ya sé cuál es la mía. Es un tanto rara, muy numerosa y sorprendentemente somos todas mujeres. Chocamos, nos desesperamos, nos preocupamos, lloramos... pero después de todo, nos queremos. Así que ya sé cuáles son mis días preferidos, los días que comparto con mi familia.

27 de marzo de 2011

Mi torcida felicidad.

Me mantengo estos tiempos en la lejanía de la escritura, muy a mi pesar. Pero son circunstancias de la vida aunque no consigo tachar mi culpabilidad ya que siempre existe tiempo para escribir. Mía culpa, señores. Pero como amante de leyes y justificaciones, tengo mi excusa. Sí, porque es una excusa, un pretexto para eludir la obligación a la que me encadené gustosamente al crear este blog, pero es que el disfrutar de abstenerse a pensar el cualquier cosa y simplemente estar es un estado el cual últimamente estoy agradeciendo que se aloje de forma nómada en mi cabeza ya que consigue que despeje un poco mi histérica mente que desgarra las paredes que sostienen mi cerebro para intentar hacer más hueco y que así bostezar sea un placer divino que enfríe un poco su cargado ambiente.

Y así pasan mis días, sentenciada por mis tres pasiones que me hacen delirar: alimentando mi lucha revolucionaria por la justicia, mi pelota ovalada con sus copropietarias del mismo sueño y mi penetrante e insondable afán por un amor prodigioso. Se distribuyen toda mi vida universitaria de forma tripartita, pero es que ahora no necesito más. Tras mi comienzo estrepitoso que casi se ve fulminado y dándose por oficial el retiro de mi capa a un futuro oscuro de reposo en desván hasta coger una importante cantidad de polvo, di a renacer como medio de ataque (debido a que es la mejor de las defensas) mi comúnmente denominado "cabezonería inminente". Y así he conseguido que perdure un tiempo, hasta que me tope con alguna otra posible kriptonita más, mis intenciones de hacer de esta vida algo menos asqueroso y poder echarles una mano a quienes más lo necesitan, que no somos ninguno de nosotros.

Mi otro fetiche se trata de una combinación fabulosa de contacto en equipo, la adoración por el esfuerzo y el sentimiento que te hace sentir y una gran amistad que se ha formado por un punto en común y que siempre estaré eternamente agradecida. Porque como digo siempre, el rugby me está dando lo que la propia vida no ha sido capaz de entregarme. Y es que desde el primer instante en el que conocí las esencias de cada una de ellas fue cuando comencé a entender que este deporte es entrega y dedicación, y claramente a la que estoy dispuesta ofrecerle todo y más. Voy contando las hermanas, madres y esposa (soy fiel a una) que este campo de césped me está demostrando y que quiere otorgarme de buena gana, porque se está convirtiendo en mi familia. Una familia muy especial y atípica donde cada una tiene su lacra pero que bajo botas de taco hacemos desprenderlas de nosotras e intentar dar lo mejor de nosotras para crecer como persona y como equipo. Y no hay mayor que lo aprendido, y yo he conseguido calmar y concentrar mi locura, suministrar toda mi energía, sacrificarse por un futuro agradecimiento e incluso ha logrado alterar mi perspectiva ante la vida y aliñarla con un poco de senequismo.

Abrazos, besos y caricias que me atrevería a decir que sin ellos no tendría la menor idea de cómo hubiese conseguido ser tan feliz en estos momentos. Viviendo en un infierno con cuatro paredes del que vosotras durante un mínimo (y tan mínimo) de cuatro horas semanales me cogéis de la mano y conseguís que sienta rozar el cielo con la punta de mis dedos es algo que jamás habrá cosa que me arrebate estos recuerdos de entre los mejores. Y os queda tanto preciado tiempo aguantándome...

Y sobre mi tercer amor. Bueno, mejor ese lo dejamos para otra ocasión...

14 de marzo de 2011

Dudas y necesidades.

El escozor de un querer no mantenido en mis manos era una sensación con la que llevaba mucho tiempo sin tropezarme. Entregarme a piezas un sueño pálido que me pertenecerá sin ser mío para siempre es una lluvia constante de acidez sobre una herida. No es fácil explicar el dolor de algo que se ha mantenido siempre sin conocerse otra verdad.
Cada tronco posee sus propias raíces. Cortas o extensas, profundas o superficiales, quebradizas o intensamente poderosas, son las que te mantienen atado a esta tierra. La incomodidad de una situación deseada pero no tuya nunca había sido una de las mías, pero retengo la idea de que tendré que soportarla muchos agradables años en los que quiera vivirlo pero que al separarme volveré a base de sal a deteriorar la llaga de una forma natural. Ese intento por un corazón de bromuro se vuelve una misión fallida cada vez que intento volverme independiente. Podría auto-convencerme en silencio aceptando el abrazo y volverme una otra más de un conjunto al que no pertenezco y al que verdaderamente no quiero pertenecer, pero a falta de pan... buenas son tortas, o en su defecto galletas.
No, no sé... tal vez. Pero no. Aunque... pff, qué ganas de complicarse este vivir. Maldito es el sentir por compartir.

31 de enero de 2011

Será que no aprendo a disfrutar.

Será que no aprendo a disfrutar. No lo comprendo, pero la razón puede estar confundiéndome. No entiendo cómo pueden vivir la mayoría tan felices en la ignorancia, sabiendo pero no siendo conscientes, viéndolos pero sin sentir. La culpabilidad de algo que no he hecho me absorbe, la preocupación que no me pertenece me consume, y así voy buscando por cada calle el apoyo donde sostenerme mientras pertenezca en esta vida, pero solo me dan callejones sin salida que me hacen volver al mismo lugar desértico.
Como una pieza que busca su fin, su puesto, sus alrededores que encajen, pero parece que ni siquiera pertenezco a ese puzzle. La desorientación a veces me derrumba y provoca que desee desesperadamente huir a mi país maravilloso, que a pesar de mi ingenuidad, soy hasta tal punto realista que mi lugar mágico existe. Mi ciudad del sueño es tangible, mas que el caso es que la belleza está en los ojos del que mira, pero temo que el día que mantenga mi vida demasiado tiempo sosteniéndose en ella, deje de ser mi pequeño rincón donde mi balanza se equilibre acabando con ese paraíso solo mío.
He intentado acomodarme, cambiar mi forma para caber en el hueco que mi puzzle deja para mi, que me espera. Pero es imposible, es un esfuerzo antinatural no vivir con mi realidad inocente, con mi sufrible intento de solucionar el mal, y con mis esperanzas de un avance del mal en transformarse en un bien. Puedo crecer, pero no cambiar... y esperaré a encontrar el puzzle en el que mis curvas de más y de menos rocen las demás formando parte de una misma, que creciendo al compás comparta el color de mis compañeras creando una preciosa imagen.

2 de enero de 2011

Un long dimanche de fiançailles.

Hasta ahora todo ha sucedido tan deprisa... la visión interminable de las cosas ha desaparecido y ahora me falta tiempo para tatuar un recuerdo en mi corazón cuando ya ha aparecido otro aún mayor. No puedo quejarme por la diversidad de circunstancias de las que mis ojos se han alimentado atentos a cada movimiento de la vida. Desde una maravillosa y superando la perfección infancia, la típica ardua adolescencia donde hemos de tomar la decisión de elegir qué clase de árbol queremos ser para en nuestra fase adulta recojamos el fruto esperado; y la época universitaria, manteniendo ahí la lucha por llegar a ser una sana fruta, o o dejarse llevar por la fácil y solo ser una pieza podrida. No podría hablar sobre el paso a la etapa adulta ya que no apoyo la idea de hablar subjetivamente de unas circunstancias con las que nunca me he encontrado expuesta, ya que sigo siendo una niñata.
Conforme van pasando los años sobre nosotros vamos descubriendo la inexistencia de hechos relacionados con sentimientos que manteníamos cuando éramos pequeños y que paulatinamente conocemos que son sucesos imposibles, como los Reyes Magos, volar, el ratoncito Pérez, mover cosas con la mente, ser un super héroe, que tengan vida tus juguetes... e incluso sentimientos aún mayores, como el amor eterno.
Y tan cierto como ello, mantenía la idea fija en mi mente y muy segura de ella, que sí... que existe el amor perfecto y sin fin. Todo comenzó con la aparición de mi príncipe azul y como un verdadero cuento de hadas (con bruja malvada y todo) viví la sorprendente experiencia de una película Disney. Todo mágico y maravilloso, que hasta nos dolía el pecho de lo que nos queríamos. Tan hermoso, que no podía ser real, y tal cual vino, se fue. Una aparición y desaparición tan punzante que la pasión de muero por ti, contigo pasó a muero por ti, sola. Y tras un largo y denso sufrimiento renacieron mis esperanzas, que tal cual florecieron poco tardaron en pudrirse como flor delicada por los abrasadores rayos del sol de agosto. Comencé a pensar que mi gran entendida del amor me tendía la verdad bajo sus versos, que el amor verdadero es tan solo el primero, y es que empiezo a sospechar que los demás son solo para olvidar.
Pero el individuo inesperado, e incluso me atrevería a decir que indeseado por mi decisión a tomarme la excedencia sentimental hasta nuevo aviso al concluir la reorganización de aquellos pensamientos, de intenciones equivocadas se encontró con la que ahora comparte cama y mucho amor (más amor, ya que la cama la invado completamente). Lo que otros con gran interés no alcanzaron, él consiguió que volviese a creer y no solo en el simple amor eterno, sino también en la felicidad que conlleva. Él no viste traje azul, ni esto es un cuento que roce la perfección, pero me encanta que sea así porque nunca me ha gustado vivir contenta en la ignorancia, al igual que siempre me ha alegrado saber que los Reyes Magos no existen.