8 de septiembre de 2013

Aún no es el final.

El único fracaso de verdad es no llegar a intentarlo, y el éxito se mide por cómo afrontamos la decepción, ya que siempre llega. Vinimos aquí y lo intentamos, todos nosotros, a nuestra manera. ¿Acaso no es normal que nos sintamos demasiado viejos para cambiar? ¿Que nos asuste demasiado la decepción para empezar todo de nuevo? Por la mañana nos levantamos y hacemos cuanto podemos... Todo lo demás no importa. 

Pero también es cierto que la persona que no arriesga nada, no consigue nada.No tiene nada. Lo único que sabemos del futuro es que será distinto. Pero quizá nuestro temor es que todo siga siendo igual, por eso debemos celebrar los cambios. Porque como dijo alguien una vez, al final todo saldrá bien. Y si no sale bien... Hacedme caso: Es que aún no es el final.



El exótico Hotel Marigold.

31 de julio de 2013

¿Quién eres?

¿Quién soy? 

No tengas prisa, no corras... Es cuestión de nadar. Mientras el viento y el infierno quemaba el ambiente, nuestros gestos felinos eran ligeramente disimulados, sin conocer lo esperado algún día. Sin saber que tan cerca pero tan oculto que no muestra indicios de tal energía, existía. Recorriendo el camino un gusto común nos sacudió en una tarde de arena y mar para que nos saliera orejas y rabo de gato. Bajo otra luz, a pie y a risas entendimos que no hay concepto que escrito esté y no pueda ser modificado. Y sin que se altere el vaivén del movimiento, la marea fue subiendo hasta comenzar a notar en nuestro pies el frío del agua salada del mar... Pero ni siquiera nos inmutamos. Con antojo de la compañía mano a mano confrontamos la fuerza de las olas y las horas contemplamos mientras pasan las vidas por delante de nosotras, sin entenderlas pero siempre sintiendo que esos dedos enlazados comprenden este camino aunque no llevemos mapa. 

Saca lo mejor de mi para que el jarrón tenga la perfección de tus huellas. ¿Y qué hicimos? Lanzarnos al mar. La mejor salida siempre ha sido la masa de agua interminable a la vida que saborea nuestra presencia mientras comenzamos a bracear por vivir aunque esto sea tan complicado, pero un dolor placentero. No dudes de mi si digo que aunque me sueltes la corriente nos derrama hacia el destino. Déjame que te diga lo bonito que es dejarse flotar y no ver más que las aves navegar por el aire salado que degustamos al respirar. Cumpliré la especial complejidad de la vida siempre que me lo pidas con la mirada y no me sueltes al abrazar...

Déjame seguir escuchando tus versos bajo la ahogada voz de las cervezas y el sol que marca nuestras horas vigiladas por él. Creemos esa maravilla de compenetración y elige cómo va a ser la siguiente risa por inteligencia absurda. Que la amarga vida coja nuestras preocupaciones y las disuelva bajo algas y piedras. No permitas que no te dejen disfrutar del gusto propio de hablar y elegir si das o recibes.

Y ahora puedo saltar al vacío y sin temor buscar esa mirada a lo lejos del vacío que desemboca en el espacio justo donde tratar de hacer estallar la levedad del ser y comenzar funcionando como ese nuevo término que sin duda el más acertado. ASI.

 



Unas piernas que respiran veneno de serpiente. Por el camino del viento voy soplando aguardiente...


Felicidades mi campeona.

6 de julio de 2013

El no.

Perdona si insisto. Perdona si sigo adelante. Perdona si mi consciencia es la que habla por mi engullendo la opinión de la razón y dando solo paso a la cordura. A la verdadera cordura. No me canso de repetir que la madurez me ha arrollado como una ráfaga de viento frío que indaga por todo mi cuerpo hasta despertar eso a lo que llaman 'instinto'. Pero yo simplemente lo llamo realidad.
El olvido del rencor es parte de la naturaleza de mi ser, pero desearía que también fuesen llevaderos la presión de la experiencia, los desvaríos de la impotencia, como el odio a la incertidumbre. Que se lo lleve todo, que lo comprima en la caja de los recuerdos, que cierre con todos los cerrojos del pasado y suspire como cuando observas una foto de la niñez. Sería más sencillo si la decisión la tomara la resignación, pues no deja espacio a mi estúpida esperanza y al deseo a los casos perdidos. Supongo que se debe a que me considero tal que así, estúpida y sin salida. 

Y como un quinceañero planeo el robo de tu apoyo embaucando con las dulces armas del corazón, pero inmune a mi entender cada día las cadenas del error aprietan más mis manos y mis pies. No me queda nada, no tengo nada que hacer. 

Trato de sentarme sobre el agrietado sentimiento de hervor, pero las pequeñas flores de papel no pueden guardarse sin que se estropeen. Es otra decisión. No estoy hecha para tomar decisiones sin ti. Y me da igual si esto es grande o es pequeño, pero quiero que sea un presente, un querido. La espera sin ser expectativa me titubea al pensar que tiene sentido o que verdaderamente es otra apariencia al ciclo de la superación por conformismo del que no quiere gran cosa. De lo que realmente deja de tener significado. 

Y aquí estamos: sin querer, queriéndonos. Pero al fin y al cabo haciéndolo.

31 de enero de 2013

Respirar para compartir.

Desde que soy universitaria anualmente entrego meses de mi vida en estudiar e intentar comprender lo que importantes personajes de nuestra historia intentaron aportarnos sobre su pensamiento de la formación de los Estados. Dedico toda mi atención en comprender la justificación de sus razones para creer en ello. Todos comienzan diciendo que existía una época de desorden y anarquía social en el que vivíamos en guerra constante de unos contra otros, hasta que por un argumento u otro decidimos avanzar y comenzar a vivir en sociedad. A pesar de ello, trato de identificar situaciones de similitud para poder imaginarme cómo sería una vida como tal, solitaria supervivencia. Y sinceramente, sería la primera en caer...


No es dependencia, ni subordinación. Es bienestar. Es el placer de la convivencia placentera desde la compenetración de miradas y sonrisas en acontecimientos que hacen de mi vida la mayor felicidad. 

Cuando mi mañana comienza, no lo hace con buen pie, y es que tengo un problema: soy una marmota. Pero no es un problema tratándose de despertares tan graciosos con mis tres mosqueteras. Que no se te olvide que hoy somos uno más para comer y que hoy hay postre especial. Así cualquiera se despierta encantada...


En clase sigue la marcha, es que todo se vuelve divertido cuando siempre eres el último trasto al que hay que esperar a que recoja sus cosas, la bruta que se agobia con lo mínimo y que siempre se confunde con el horario. Aun así siempre está vuestro apoyo. Una madre con whatsapp aprende a mandarme fotos y ese día da por hecho que voy a tener que perder la paciencia con ella, aunque sabes que como el amor de una madre el de ninguno.


Vuelvo a casa, y a la glotona hay que vigilarla que coma despacio porque si no es que no mide. Sí, peor que una niña pequeña. Es época de exámenes y hay que apretar por donde sea, así que todas a tirar de alguna para estudiar y la primera que llegue guarde sitio. Os voy a deber la carrera... Y nuestro descanso es nuestra pasión, nuestro entrenamiento. Todos los problemas, desafíos y condenas se disuelven cuando me calzo las botas de taco y me pongo el sujetador deportivo. 
No existen leyes que memorizar, futuros que planear, kilos de los que preocuparse ni razones para pensar en la duda sobre si el comentario de aquella chica fue de forma ofensiva. La totalidad de la vida se desvanece en el momento que comenzamos en fila de tres a dar vueltas al campo. Solo conservo mi corazón ovalado en una mano que entrego a mi compañera para que ella lo pose en lugar seguro tras la línea. Y que ya no es mi compañera, es mi aliada, es mi propio ser transportado en otro cuerpo, es mi acompañante a la que apoyo mientras espero que ella caiga para proteger nuestro corazón y que otra de nuestras acompañantes lo recoja del suelo. Y si mi compañera no puede, placo por ella, corro por ella y limpio por ella... Porque ella es la misma que también lo hace por mi.



Lo único importante es entrenar nuestra compenetración, creer en las catorce pasionarias que luchan a tu lado por ganar ese corazón de cuatro gajos que compartimos amigas y enemigas. Ellas que me han visto llorar de la risa y de la impotencia, reír hasta que me dolían las agujetas del partido y que se han preocupado de mi dolor mientras intentaba disimularlo. Con unas veteranas que te hacen sentir orgullosas y especiales cuando te das cuenta de que tienes el honor de llevar ese número que ellas un día vestían. 



Desaparece el sueño, la torpeza, los despistes, la impaciencia, la ansiedad y el estrés. Solo existe la superación de uno mismo y el aprendizaje que te aportan los demás. Mi cuarto está empapelado de recortes de periódicos de mi equipo y recortes de revistas donde salen mis amigos que compartimos este delirio por las creencias de un deporte. Y del mismo modo que espero después del entrenamiento descansar, espero soñar con un poquito de grandeza: con un mejor pase, un placaje más fuerte o un Hand Off bien hecho. Así que se podría decir que mi argumento para comenzar a vivir en sociedad ha sido mi equipo, este deporte. 

El Rugby me ha regalado lo que la vida no ha sido capaz de entregarme...


22 de octubre de 2012

Los días que nos quedan.

Cremoso. Cuando pienso en ti lo mismo que se expande por mi mente es esa palabra, cremoso.
Llevaba mucho tiempo deseando tener una razón por la que escribir, por la que sentir. Tan raro, tan rápido e inesperado, pero tan dulce...

Mi locura absorbía todos mis sentidos haciéndome creer que solo y tan solo necesitaba de mi sonrisa para ser feliz. Que conocía el amor y no era de mi parecer, hasta me atrevería a decir que me empezaba a caer mal. Pero lo eterno es un farol, y mis ganas de comerme el mundo se desvanecieron por las ansias de comerte solo a ti. Quiero dejarme caer pero que tu seas mi red, y confiar en tu sed por mi. No me cansaría de contar soles mientras veo que sigues durmiendo con tus bracitos cruzamos, a mi lado. Como perro de presa me dejo llevar por mis sentidos para buscar tu ser, aunque los rastros de ti se encuentran manchados de la experiencia y mis instintos van a ciegas pisando suelo desconocido.

Busco el camino de la inspiración en tu pecho, pero necesito recoger ese corazón perdido y con cuidado de no hacerle daño quitarle los pedacitos de cordialidad y sostenerlo entre algodones de regocijo hasta que me susurrase los versos que tus besos me intentan decir. Quiero quitar las espinas a esas conversaciones y dejar que fluyan como si tus dedos estuviesen presionados por la pasión de los míos, y mis labios se perdieran por tu espalda. Y que me hables... Me hables de la vida, de tu parecer. Háblame de lo que quieras, solo me muero por escucharte y verte hablarme. Quiero escucharte decir el nosotros mientras esa boca esboce una sonrisa de mi parte, dedicada con mucho amor.



Necesito comenzar esta historia, que me ahogues entre abrazos y sentimientos, que me desbordes de seguridad y placer hasta que se acabe la ternura en suspiros de enamorada. Convénceme de que eres mi solución, mi soldadito de plomo con el que soñar cada madrugada cuando no sepa en quién pensar... Si en ti, o en nosotros.

12 de abril de 2012

Tu risa.

Quítame el pan, si quieres,
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.
No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de plata que te nace.
Mi lucha es dura y vuelvo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de tu vida.
Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.
Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.
Ríete de la noche,
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete de este torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro,
cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire,
la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.

22 de noviembre de 2011

La banda sonora de mi vida.

He de admitir que tengo un problema. Un problema con tu sonrisa, con tus ojos, con tus manos y tu querer. Mis dedos podrían moverse sobre este teclado tan rápidos y ágiles como los de un pianista eufórico en su partitura y no me cansaría de escribir cada cosa que me gusta de ti, y así, sin repetir. Estoy profundamente enamorada del musical que producimos con el sonido de nuestro besos, cautivada por el ritmo de las palpitaciones de tu corazón por el cuál me guío para no desviarme del camino de la pasión. Consigues que me deje llevar por tus notas músicales hasta el punto de dejar que tu seas quien improvises qué será lo próximo, a ver qué tal suena...
Obliga a mi cintura seguir el compás con tu cuerpo que si no pierdo el equilibrio. Siento tantísimo que ya las palabras me suenan a metáforas. Como bien dijo Nietzsche "Se abren todas las palabras, y los armarios del ser: todo quiere hacerse palabra, todo devenir quiere aprender a hablar en metáfora". Pero en metáfora fluye, y es la imagen borrosa del verdadero sentir por ti.
Y en el transcurrir de la música, me dejo llevar por tus pasos porque así te siento más dentro de mi. No necesito que la música resulte, no... porque yo la oigo retumbar en mi mente simplemente cuando te acercas a mi y me dedicas esas miradas en las que me pierdo en esos ojos azules que manchados de tonalidades desembocan en un placentero melodía armoniosa. Vuelve a hacerla sonar, vuelve a practicar el sonido de las caricias de nuestros labios y engatúsame como haces en cada canción, en cada momento.
Entre teclas negras y blancas haz que pueda escuchar el dulce amar de la vida. Comienza a hacer música de la ternura, déjate llevar por tus manos hasta descubrir notas que se salen de la tesitura conocida. Hagamos nuestra propia dirección de la historia musical hasta proceder a la mirada de las estrellas arrítmicas que celosamente divisan nuestro acoplamiento en abrazos eternos.
Ya no necesito nada en esta vida, porque lo tengo todo. Porque te tengo a ti, porque entiendo cada una de tus notas musicales, porque tu sonido me suena a música, porque el placer de mi subsistencia se basa en tu melodía.

17 de noviembre de 2011

17 nov.

Quería escribirte la felicitación más bonita del mundo, pero no encuentro las palabras exactas, así que me limitaré a vomitar un arcoiris de sentimientos por ti.
En un deporte considerado de brutos jugado por caballeros, en el cuál el Rugby Femenino es rotundamente negado a ser ni rugby, ni femenino... Un día encontré un rayito de luz que iluminaba el campo. Es de esas energía que no se ven, pero que al fin y al cabo de sienten. En la distancia desconocíamos la personalidad de cada una de nosotras, pero el tiempo y el cariño nos demostró la importancia de la amistad en una feliz vida.
Considerando tiempo de estudio con intermitentes juegos y risas nos impartimos a nosotras mismas la diversión de nuestra compañía. Ese placer de tenerte a mi lado, esa imagen constante en la mente de risa sana de la cual se dice que te aportan más días de vida son algunas de tus cualidades como persona. Y entre risa y risa se cuela en nuestras palabras el amor del rugby, la pasión que me transmitías con tanta seguridad y así, creando en mi una nueva persona basada en mi parte escondida que se mantenía callada en la buhardilla, pero mejorada: la Silvia luchadora.
Esa bombero oportunista que consigue entenderse con todo y todos lo que sucede alrededor, esa placentera sonrisa que te aporta no lo que quieres escuchar, sino lo que necesitas saber. Y los días corren y corren empujándonos a nuestras espaldas mientras nosotras andamos a paso tranquilo riéndonos acompañadas de nuestros amigos en común.
Tal que así, cada día te quiero más, y cada día que pasas en la lejanía es un día más que aprender lo valiosa que es la amistad. Espontánea como la vida y radiantes tus dientes que asoman por esa preciosa boca de caramelo que produce tan agradable sonido cuando sin esperarlo reparte besos por mejillas.
Hoy es un gran día, y es día de celebración. Porque hace veintiún años que nació el radiante reflejo del sol en las olas del mar. Felicidades Miu :)

25 de septiembre de 2011

Hasta que pase la tormenta.

Deja que me quede un rato más aquí, solo hasta que pase la tormenta. Déjame que puede que no vuelva a sonreír, quédate conmigo y me orientas. Antes de que suene a despedida, la tristeza sostenida que no deja de latir. Y antes de que te des por vencido, piensa que es la única vida que podemos compartir... Deja que me quede un rato más aquí, quiero que me apuntes en tu agenda. Deja que me quede y nunca más me vuelva a ir, no me dejes ser solo a medias. Antes de que suene a despedida, la tristeza sostenida que no deja de latir. Y antes de que te des por vencido, piensa que es la única vida que podemos compartir, que podemos compartir...
Deja que me quede un rato más aquí, deja que remiende tus heridas. Esas que yo misma hace unos días descosí... déjame ser tu paracaídas. Antes de que suene a despedida la tristeza sostenida que no deja de latir. Y antes de que te des por vencido piensa que es única vida que podemos compartir, que podemos compartir... que podemos compartir.