13 de octubre de 2010

Por mí.

Por mí... si fuese por mí no habría más mundo que el nuestro. Por mí que tierra, mar y aire se consuman en un momento y que quedemos en el vacío abrazados sin descanso. Por mí las despedidas durarían más que las propias citas y los segundos que me miras sin fin, mientras que los hasta luego se pasen a velocidad extrema. Si fuese por mí no habría futuro sin ser planeado por nuestros corazones ni amor disuelto en días de añoranza, sino que recorreríamos cada esquina de barrio, local de ciudad y orilla de continente hasta desgastar con nuestras pisadas todo suelo recorrido por nosotros. Si tuviese el control no habría cosa que cerrando los ojos y deseándolo no pudiese existir.
Si dependiese de mí te comería a besos en cada portal e Iglesia mientras Papa, Dios y todo pueblo comente, observe y cotillee. Si estuviese en mis manos no habría hecho y pasado que no nos sinceramos sin depender nuestro presente de ello. Por mí jamás existiría el cansancio de la compañía, retrocediendo cada medio siglo las agujas del reloj para disfrutar de nuestra vida una y otra vez con una máquina del tiempo como una noche tus labios comentaron... y no cambiaría mi repetido futuro porque no hay mejor vida que la compartida. Si yo decidiese no habría paz mayor que la de nuestra tranquilidad por descubrirnos poco a poco sin más prisa que la que nosotros decidamos en conjunto.
Si todas las cosas dependiesen de mí... ¡ay!
¿Y tu? ¿Cómo serían las cosas si por ti fuese?