22 de noviembre de 2011

La banda sonora de mi vida.

He de admitir que tengo un problema. Un problema con tu sonrisa, con tus ojos, con tus manos y tu querer. Mis dedos podrían moverse sobre este teclado tan rápidos y ágiles como los de un pianista eufórico en su partitura y no me cansaría de escribir cada cosa que me gusta de ti, y así, sin repetir. Estoy profundamente enamorada del musical que producimos con el sonido de nuestro besos, cautivada por el ritmo de las palpitaciones de tu corazón por el cuál me guío para no desviarme del camino de la pasión. Consigues que me deje llevar por tus notas músicales hasta el punto de dejar que tu seas quien improvises qué será lo próximo, a ver qué tal suena...
Obliga a mi cintura seguir el compás con tu cuerpo que si no pierdo el equilibrio. Siento tantísimo que ya las palabras me suenan a metáforas. Como bien dijo Nietzsche "Se abren todas las palabras, y los armarios del ser: todo quiere hacerse palabra, todo devenir quiere aprender a hablar en metáfora". Pero en metáfora fluye, y es la imagen borrosa del verdadero sentir por ti.
Y en el transcurrir de la música, me dejo llevar por tus pasos porque así te siento más dentro de mi. No necesito que la música resulte, no... porque yo la oigo retumbar en mi mente simplemente cuando te acercas a mi y me dedicas esas miradas en las que me pierdo en esos ojos azules que manchados de tonalidades desembocan en un placentero melodía armoniosa. Vuelve a hacerla sonar, vuelve a practicar el sonido de las caricias de nuestros labios y engatúsame como haces en cada canción, en cada momento.
Entre teclas negras y blancas haz que pueda escuchar el dulce amar de la vida. Comienza a hacer música de la ternura, déjate llevar por tus manos hasta descubrir notas que se salen de la tesitura conocida. Hagamos nuestra propia dirección de la historia musical hasta proceder a la mirada de las estrellas arrítmicas que celosamente divisan nuestro acoplamiento en abrazos eternos.
Ya no necesito nada en esta vida, porque lo tengo todo. Porque te tengo a ti, porque entiendo cada una de tus notas musicales, porque tu sonido me suena a música, porque el placer de mi subsistencia se basa en tu melodía.

17 de noviembre de 2011

17 nov.

Quería escribirte la felicitación más bonita del mundo, pero no encuentro las palabras exactas, así que me limitaré a vomitar un arcoiris de sentimientos por ti.
En un deporte considerado de brutos jugado por caballeros, en el cuál el Rugby Femenino es rotundamente negado a ser ni rugby, ni femenino... Un día encontré un rayito de luz que iluminaba el campo. Es de esas energía que no se ven, pero que al fin y al cabo de sienten. En la distancia desconocíamos la personalidad de cada una de nosotras, pero el tiempo y el cariño nos demostró la importancia de la amistad en una feliz vida.
Considerando tiempo de estudio con intermitentes juegos y risas nos impartimos a nosotras mismas la diversión de nuestra compañía. Ese placer de tenerte a mi lado, esa imagen constante en la mente de risa sana de la cual se dice que te aportan más días de vida son algunas de tus cualidades como persona. Y entre risa y risa se cuela en nuestras palabras el amor del rugby, la pasión que me transmitías con tanta seguridad y así, creando en mi una nueva persona basada en mi parte escondida que se mantenía callada en la buhardilla, pero mejorada: la Silvia luchadora.
Esa bombero oportunista que consigue entenderse con todo y todos lo que sucede alrededor, esa placentera sonrisa que te aporta no lo que quieres escuchar, sino lo que necesitas saber. Y los días corren y corren empujándonos a nuestras espaldas mientras nosotras andamos a paso tranquilo riéndonos acompañadas de nuestros amigos en común.
Tal que así, cada día te quiero más, y cada día que pasas en la lejanía es un día más que aprender lo valiosa que es la amistad. Espontánea como la vida y radiantes tus dientes que asoman por esa preciosa boca de caramelo que produce tan agradable sonido cuando sin esperarlo reparte besos por mejillas.
Hoy es un gran día, y es día de celebración. Porque hace veintiún años que nació el radiante reflejo del sol en las olas del mar. Felicidades Miu :)