17 de noviembre de 2011

17 nov.

Quería escribirte la felicitación más bonita del mundo, pero no encuentro las palabras exactas, así que me limitaré a vomitar un arcoiris de sentimientos por ti.
En un deporte considerado de brutos jugado por caballeros, en el cuál el Rugby Femenino es rotundamente negado a ser ni rugby, ni femenino... Un día encontré un rayito de luz que iluminaba el campo. Es de esas energía que no se ven, pero que al fin y al cabo de sienten. En la distancia desconocíamos la personalidad de cada una de nosotras, pero el tiempo y el cariño nos demostró la importancia de la amistad en una feliz vida.
Considerando tiempo de estudio con intermitentes juegos y risas nos impartimos a nosotras mismas la diversión de nuestra compañía. Ese placer de tenerte a mi lado, esa imagen constante en la mente de risa sana de la cual se dice que te aportan más días de vida son algunas de tus cualidades como persona. Y entre risa y risa se cuela en nuestras palabras el amor del rugby, la pasión que me transmitías con tanta seguridad y así, creando en mi una nueva persona basada en mi parte escondida que se mantenía callada en la buhardilla, pero mejorada: la Silvia luchadora.
Esa bombero oportunista que consigue entenderse con todo y todos lo que sucede alrededor, esa placentera sonrisa que te aporta no lo que quieres escuchar, sino lo que necesitas saber. Y los días corren y corren empujándonos a nuestras espaldas mientras nosotras andamos a paso tranquilo riéndonos acompañadas de nuestros amigos en común.
Tal que así, cada día te quiero más, y cada día que pasas en la lejanía es un día más que aprender lo valiosa que es la amistad. Espontánea como la vida y radiantes tus dientes que asoman por esa preciosa boca de caramelo que produce tan agradable sonido cuando sin esperarlo reparte besos por mejillas.
Hoy es un gran día, y es día de celebración. Porque hace veintiún años que nació el radiante reflejo del sol en las olas del mar. Felicidades Miu :)

2 comentarios:

MissSugar dijo...

No podía ser de otra manera, Silvita. Me sorprendes como cada vez que me miras o cada vez te ríes. Los pelillos han decidido apuntar al cielo desde las primeras palabras que he leído y no puedo decirte más que gracias.
Gracias por el detalle de escribirme y de describirnos juntas. Echo de menos pasar los minutos sonriendo al tiempo pasar, de escucharte y abrazarte. De que me des besos gigantes y peludos.
Gracias por hacerme emocionar desde tan lejos.
Espero que los kilómetros nos hagan más fuertes y que sigas confiando en nosotras como desde el primer minuto de biblioteca. Estaré aquí para lo que quieras, estaré allí cuando lo necesites. No pierdas la sonrisa, no pierdas el buen humor que te caracteriza, no dejes de ser espontánea y natural. Gracias por acordarte, ARRGGHHHH.

Alviro dijo...

Qué bonito leches! :)
Me gusto muuuucho!
Cuanto cariño!
Y felicidades a la cumpleañera!