24 de mayo de 2010

Pequeñito.

- Pensándolo bien... sí que tenía algo que decirte- subrayó ella al recordar un tema pasado. Él sin ánimo de demostrar su entusiasmo dijo: - A ver, suéltalo. - Vale vale, sin exigencias... ¿recuerdas que quería conseguir un mote cariño para ti? - Ajá... - Pero no encontraba ninguno. - ¿Y sigues dándole vueltas? - Sí, por supuesto. No he parado de pensar en ello desde el momento en el que empecé a querer sustituir tu nombre por un apodo curioso y simpatizante contigo, pero es que todos me parece tan absurdos e insignificantes... - No tiene importancia, cualquiera me gustaría procediendo de ti- dijo él con una sonrisa en sus labios esperando un sonrojo. Pero ella entristecida comentó cabizbaja: - Pero no quiero cualquiera, quiero uno especial, uno perfecto para ti, es muy importante. Él sorprendido, acabó siendo el sonrojado. - Aún así -prosiguió ella- creo haber encontrado el adecuado. Sin conseguir ocultar su gran interés por saberlo, él respondió vivazmente: - ¿Y a qué estás esperando para decírmelo? - ¡Qué impaciente te encuentro hoy! Pues, finalmente elegí... ¡pequeñito! Él desilusionado a la par que burlón criticó su decisión: - Jajajaja. ¿Pequeñito? Pero si soy más grande que tu, tanto de tamaño como de edad. No tiene sentido y no me gusta. Vamos a ver... pero ¿de dónde has sacado la idea de llamarme así? Ella seria y directa se explicó: - Elegí esa palabra porque aunque seas más grande y mayor que yo, tienes un corazón tan grande que conforme a ti hace que te encuentre diminuto. Él, asombrado ante lo dicho, se acercó a ella para darle un beso y mientras la abrazaba le susurró: - No hay quien te entienda...

19 de mayo de 2010

Si tu no estás aquí...

No quiero estar sin tí, Si tú no estás aquí me sobra el aire. No quiero estar así, si tú no estás la gente se hace nadie. Si tú no estás aquí, no sé que diablos hago amándote. Si tú no estás aquí sabrás que Dios no va a entender porqué te vas. No quiero estar sin tí, si tu no estás aquí me falta el sueño. No quiero andar así, latiendo un corazón de amor sin dueño. Si tú no estás aquí, no sé que diablos hago amándote. Si tú no estás aquí sabrás que Dios no va a entender porque te vas. Derramaré mis sueños si algún día no te tengo: lo más grande se hará lo más pequeño. Pasearé en un cielo sin estrellas esta vez tratando de entender quién hizo un infierno el paraiso. No te vayas nunca, porque no puedo estar sin tí. Si tú no estás aquí, me quema el aire. Si tú no estás aquí, no sé que diablos hago amándote. Si tú no estás aquí sabrás que Dios no va a entender porqué te vas. Si tu no estás aquí...

9 de mayo de 2010

Sentimientos recios.

Inspiro para soplar suavemente sobre el aroma caliente de la timidez de un café matutino brindado a caer sobre tus labios. Observo como los principios se desgastan entre el viene y va con la picardía del agua salada de un grandioso mar que esconden profundos sentimientos. Corro con la intención de capturar la confianza en tus manos y desnudar tu ser consiguiendo que seduzcamos nuestra propia naturaleza como persona, como alma que cohibida por las pautas de una educación es encendida por la pasión de embellecer la colisión de las normas y demostrarnos que existe una perfección en el individuo que se forma cuando las propias imperfecciones de la vida son agitadas por el amor del existir del semejante.

Que la llaneza de nuestros cuerpos aparezca de la nada como el rocío se posa en las hojas de la vida cuando caen las frescas y castas noches de primavera. Que la palabra formalismo cruce la línea de negatividad y no exista como tal cuando luchamos porque no haya ningún milímetro que nos separe. Deseo que muera la incertidumbre de esta historia y que los trazos sean pintados con la máxima claridad que los colores de este mundo nos dejen imaginar.

Tu seguridad entusiasma a mi corazón para que lance la cordialidad por la ventana y viaje esperanzada hacia tu alma que íntimamente me deslumbra con la naturalidad con la que cuidas mis debilidades consiguiendo que se conviertan más formidables y recias.

Ámame, que no es poco. Haz que tu sencillez devore la eterna libertad de la vida, porque no soy libre sin ti y vivo presa de tus abrazos. Omitid cualquier ciclo vital y vayámonos a absorber la savia de la vida. Acabemos con el orden y soltemos nuestros cuerpos a la entrega franca transmitiéndonos con total sinceridad la fe de nuestros pensamientos. Ámame, pero sin miedo. Ámame, porque yo ya empiezo a hacerlo.