20 de abril de 2011

I love universitarios.

Cuando me preguntaban en los test absurdos cuál era mi día preferido de la semana siempre mantenía dudas sobre ello... por supuesto sobre un lunes no tenía dudas. Pero... ¿Viernes? ¿Sábado? ¿Domingo? No... definitivamente no lo tenía claro y siempre acababa eligiendo cualquiera al azar. Tras mucho tiempo considerando esta pregunta como ilógica, descubrí cuál es el día el cual decido admirar. Pero en mi caso (como diferente para lo bueno y para lo malo) no se trata de un día, sino de días... los días del universitario.Tras una comida excelente acompañada por tantas niñas distintas entre ellas, procedimos a subirnos a un autobús con las mismas intenciones: jugar en el Campeonato de España universitario de Rugby Femenino. Tomo comenzó con anécdotas y una gran armonía entre nosotras hasta parecernos corto el viaje de ida. Al llegar nos alojaron en un maravilloso Hotel en el cual nos sentíamos como en casa, y como en mi esperada futura casa la compartí con dos ángeles caídos (del cielo) sobre un campo de rugby.
Era la hora de cenar y cuando me tocó sentarme en el asiento del fondo me dio la impresión de que estaba presidiendo la mesa de la gran familia a la que pertenezco. A pesar de no poder comer lo que quisiera (¡gracias Killer!) me alegraba saber que se preocupaban por mi ya que esa parte de mi voluntad desistió dándose por vencido y valorarme como un caso perdido.
La primera noche durmiendo en camas más grandes que en las que hemos dormido las tres juntas. Divino. Diversión, música, risas, bailes sobre la cama y charlas sin fin en el baño (que para eso somos mujeres). Dos mañaneras madrugan para correr inconscientes de que tendrán más tarde dos horas de calentamiento antes de los partidos (no me
puedo quejar porque me encantó la parte en la que nos dábamos masajitos en las piernas y en
el cuello para descargar). Y después, el momento antes del momento. La tensión anterior a cualquier acto crucial en la vida misma, en la vida de toda jugadora, en la vida de cada una de la
s jugadoras de Málaga. Y comienzan los partidos. Una tensión tras otra se apodera de nuestro cuerpo y nuestra mente acabando por enseñarnos el papel tan importante que tiene concentrarse antes de los partidos, y confiar en la jugadora que tienes al lado.
Las novatadas tan dulces como las que lo organizaron consiguieron que se divirtiesen hasta los cocineros del Hotel. Y no hablemos de las canciones... esas míticas voces al unísono que por las calles sin cobardía luchaban por alzar cada vez más sus roncas voces. Sí, han sido días duros, días raros, días serios, días decepcionantes y días en los que aprendes mucho de cada persona y de ti misma... pero sobre todo días increíblemente preciosos.
Después de sentir tanto en tan poco, llegó en Torneo sub-19 en Málaga, y ya me ganasteis por completo. Con Granada como primer partido, casi todas las novatas que formábamos las líneas de Málaga intentábamos hacer caso a las palabras de Jan y teníamos que retener la idea de que éramos tan fuertes, rápidas y experimentadas como cada una de las veteranas, y tal como lo dijo lo cumplimos. Con lo que me respecta a mi, me tocaba ser Centu y maravillada por jugar de centro quise creérmelo con todas mis fuerzas desde mi perspectiva fueron los mejores (de los pocos) partidos de mi vida.
Y después de todo, cada uno tiene su familia... y ya sé cuál es la mía. Es un tanto rara, muy numerosa y sorprendentemente somos todas mujeres. Chocamos, nos desesperamos, nos preocupamos, lloramos... pero después de todo, nos queremos. Así que ya sé cuáles son mis días preferidos, los días que comparto con mi familia.

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