19 de febrero de 2010

Un papá genial.

Me encanta dar rienda suelta a mi mente y dejar que indague en la idea de un futuro. Últimamente suelo seguir la creación de situaciones de paternidad entre mis semejantes. Me es curioso imaginar como se comportarían los adolescentes que ahora mismo se encuentran bailando entre hormonas alocadas, sobre todo cuando se tratan de hombres. Y me resulta gracioso cuando estos pequeños y desconcertados proyectos de padres me explican cómo educarían y formarían a sus descendientes, procedentes de su sangre y creación del placentero amor de él y su cónyuge.Así, mis pequeños compañeros comparten conmigo la respuesta de "¿Qué harías si tu hijo sacase malas notas?"o alguna más picante como "¿Qué pasaría si descubrieses a tu hija de dieciséis años con un chico mayor manteniendo algún tipo de contacto físico?"Suelo intentar reproducirles una situación lo más específicamente posible para que ellos consigan fusionarse con el papel de padre jefe y así que por voluntad propia muestren que la palabra celos asoma los dedos por el quicio de la puerta siendo empujada por la de protección. Tras acabar con la charla personal que mantenemos, el adolescente descubre como iluminación divina una parte de él que ni siquiera conocía, sorprendiéndose a sí mismos y entendiendo en un mínimo sentido el comportamiento al que nosotros consideramos como injusto de los padres en su conjunto.

Y como una especie de regla sin excepción, siempre finalizan este acontecimiento añadiendo una simple frase que siempre ronda en la misma línea: "Pero para eso queda mucho..." así consiguiendo restarle importancia y que su mente se abstenga de seguir intentando responder a mis extrañas preguntas sin que manifieste el sentimiento de paternidad ni sin llegar a producir una de las reacciones que obtenemos de nuestros propios padres a las que somos reacios a aceptar. Pero amigos míos, chicos universitarios aspirantes a crear familias y seguir la existencia de la humanidad y la formación de nuevas sociedades con nuestros descendientes, ese futuro no está mucho más lejos de donde lo pintamos nosotros.

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