27 de julio de 2010

Una lágrima por cada sentimiento.

No sé qué pasa, pero me cuesta respirar, esta vez más que nunca. Una parte de mi me dice "Llora, desprende toda tu furia con un gesto de desesperación y deja que se resbalen por tus mejillas el dolor, eso te ayudará a mantener más tarde la calma". Pero justo cuando comienzo ha hacerlo, tras un par de lágrimas, mi mente cambia de opinión y me expone una gran verdad: "No lo hagas, sabes que no servirá de nada". Y es verdad. Ninguna lágrima me devolverá el tiempo perdido, las acciones realizadas ni las decisiones tomadas. El desahogo no conseguirá que los problemas se solucionen, ni que cambien las cosas, ni que se desvelen las patrañas sin ninguna consecuencia. Jamás se acabará con un berrinche. Nadie se apenará por tu demostración de arrepentimiento ni de angustia, ya que dentro del instinto de las personas se encuentra el rencor y el desprecio, y total desconfianza. No conseguirás llegar a ser mejor persona, ni que los demás lo consideren. No arreglará nada que observes por unos segundos la posibilidad de ponerle fin a una triste vida que aguanta el pensamiento de que eres una persona repugnante, ya que sabes que vivirías rota toda tu vida antes de llegar al suicidio. Cuando tu creencias han sido pisadas y escupidas por los que se supone que desean lo mejor para ti y te influencian hasta el punto de manipular tu mente para que creas que eres un deshecho humano, y lo llegas a creer. Unas palabras malsonantes no podrían hacerte tanto daño. La gente se apoya en el insulto cuando no consigue demostrar con hechos que ellos tienen la razón. Pero cuando una persona como yo, a la que humillan como cerrada de miras, pero que contradictoriamente baraja todas las posibilidades, sí se siente que no tiene remedio cuando le ponen de razón la locura. ¿Realmente estoy loca? No quiero apoyar esa idea, pero tengo miedo a ser peor que los que no quieren oír. He cometido muchos errores, he defraudado a mucha gente, he mentido en bastantes ocasiones y no admití lo que es por orgullo en infinidad de ocasiones. ¿Eso me convierte en loca? ¿Pensar que merece más mis respetos la persona que me da amor que la persona que me compra el amor es desestabilizar la cordura? ¿Por qué yo pienso que son diferentes formas de vida y perspectivas de verla y él tiene que relacionarlo con la equivocación y el egoísmo? ¿Realmente soy egoísta por pensar que hay que mostrar los pensamientos sinceros de uno mismo y no resignarse por el propio hecho de no crear polémicas? Tengo miedo de perderles, de sentirme sola mientras estoy rodeada de personas que viven felices maquinando mentiras piadosas para no hacerse daño mutuamente. Pero de lo que muestro un pánico sobrenatural es de que tenga razón, y esté entrando en el mundo de la locura. Y finalmente me doy cuenta de que sí, necesito llorar. Y lloro hasta que me cueste aún más respirar...

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