1 de septiembre de 2009

El poder de la mente.

Sí, está mal, pero no puedo controlarlo. Diré que no volveré a hacerlo, juraré que será la última vez que piense en ti, que te olvidaré y que no volveré a quererte, que mi corazón sigue siendo mio y jamás te pertenecerá. Serás parte del pasado, una parte de mi recuerdo que quedará bajo llave en la cajita de memorias perdidas. Ya no formas parte de mi pensamiento, de mi vida o de mis deseos. Ya no existe. Pero poco a poco, cierro los ojos y vuelvo a mi mundo, en el que yo decido en que pensar, qué hacer y qué soñar. Nadie me regaña, allí no hay desgracias, solo mi mundo tallado con delicadeza por mi mente. Todo allí es bello,Todo es perfecto desde mi tamaño de las cosas. Todo sale bien, y tus besos siguen a mi lado. Creo que tu amor por mi no desapareció nunca, que tus dedos sigue rozando mi mejilla y sigo siendo tu todo. No suelto tu mano, tengo miedo a que en ese momento ideal algo o alguien me arrastre de mi cabeza y me haga caer en la realidad. La realidad en la que tu no estás junto a mi. Me concentro en crear un beso que te haga sentir en la realidad que seguimos conectados. Sé que lo sentirás, aunque en realidad no; sé que sabrás que de verdad sigues aquí, aunque en realidad no.Miles de abrazos, de sentimientos, de felicidad recorre cada rincón de mi mundo, solamente porque puedo crearte tal y como eres en la realidad, como eras cuando me querías. Asustada abro los ojos fugazmente. Desapareces, no es un placentero día, no es un mundo perfecto, solo consigo ver desgracias y sufrimiento. Rápidamente vuelvo a cerrar mis verdes ojos. Necesito verte de nuevo y que esa perfección solo se forme en la realidad de mi mente. Sé que tu también les dices a todos que no, pero que cuando nadie te mira ignoras sus órdenes y vives en mi mundo, ya que también es el tuyo. Que esta partida al solitario jugamos juntos, y que piensas que ese mundo perfecto es en el que yo me encuentre allí.

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