16 de septiembre de 2009

Tienes que volver.

Haz una locura y escapémonos juntos de este mundo. Coge mi mano y saltemos al avismo de los amores eternos. No miraremos atrás donde dejamos todo que no necesitamos para nada. Iremos donde los días lluviosos dejan de ser tristes y llegan a ser románticos. Cuando el invierno es un regalo de la naturaleza que su frío nos empuja para que nuestras noches las pasemos abrazados. En el lugar donde no existe el compartir, solo el dar todo por los dos. Donde ya no sabemos qué más decirnos porque no encontramos palabras suficientemente poderosas para poder expresar lo grande que es esto y lo perfecto que hace ser a nuestra vida este sentimiento. Que rocemos la felicidad con la punta de los dedos sin quemarnos y cosamos nuestras almas para crear la inmortalidad de tal manera que consigamos que nuestro destino siempre nos una en cada reencarnación. Sé que el mundo hoy me susurra que no me lo pondrá fácil. Aunque soñar sea gratis en el presente, sé que mañana me costará muy caro haber creado mi mundo junto a ti en mi mente. Está perdido, no encuentro apoyo en ninguna esquina, me encuentro sola en este dolor, pero mi ser no me deja elegir, solo encuentra la opción de luchar por mis principios.

Mis pensamientos no quieren correr demasiado, solo son metáforas sobre una pantalla y miedos de llegar algún día a soñar con ese amor. Pero solo el mar descubrirá los sucesos que nos deparará en la vida cuando sus olas los arrastren a la orilla. Entonces serán escritos con la pluma de oro en el comienzo de un pasado en conjunto. Sea eterno, extenso o simplemente breve, pero será parte de nuestro pasado.

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