24 de enero de 2009

Son pocas razones

Lloro cada noche hasta quedarme sin fuerzas dejando que mi cuerpo cansado se pose entre las sábanas, aunque dormirme está en contra de mi voluntad ya que temo volverte a ver... y volverte a perder. Me destroza soñar de nuevo contigo, con tu rostro, tu mirada fija en mis verdes ojos que disuelve mi alma y pudre mi corazón. Siento el deseo de tocar tu suave piel blanca, de que tu mano busque calor en mi espalda y las mías el de tu pecho. No necesito nada más que me mezas entre tus fuertes brazos que cuidan de mí como una frágil flor de porcelana. Observo cada facción de tu cara, quiero ser una de tus pecas que colorean tus mejillas, quiero rozar con mis dedos esos preciosos labios que besaban mi cuello hasta morir por ti, quiero que estés a mi lado, te quiero a ti...
Tras segundos eternos frente a tu anhelado cuerpo a unos pasos de mí, me demuestras gesticulando la más deslumbrante sonrisa transmitiéndome la mayor cantidad de amor que he podido sentir en mi vida. Intento acercarme poco a poco a tu cuerpo, dándome a entender que ya ibas a volver... que ya no ibas a irte más, esta vez no. Desgraciadamente cuando extiendes tu brazo hacia mí en un intento de coger mi mano, tu cuerpo va desapareciendo poco a poco. Corro hacia ti para intentar llegar a tiempo, pero ya es demasiado tarde, tu cuerpo ha desaparecido. Entonces escucho que gritas mi nombre, y miro a mi alrededor intentando poder verte, pero es inútil y caigo en un vacío hasta despertarme asustada y con los ojos llorosos.
Pero cuando ya me incorporo en la cama, escucho tu voz que me vuelve a llamar con añoranza y urgencia. Sé que estás ahí, aunque no te vea. Sé que cuidarás de mí y me besarás antes de dormir para que sea noche no te olvide y te vea. Quiero morir para estar a tu lado, para que estemos juntos, pero sabemos que no es lo correcto, tengo todavía cosas que hacer en la tierra. Pero juro que cuando acabe con esto, destrozaré mi parte física con placer, ya que mi dolor de ahora supera al dolor de la muerte, y me reuniré contigo. Esta vez mis dedos conseguirán entrelazarse entre los tuyos y desapareceremos juntos... juntos para siempre.

No hay comentarios: