24 de enero de 2009

Un poco más despreciable...

Viendo la otra noche en la televisión la serie "El internado" mientras estaba en publicidad la serie "El Mentalista" de La sexta descubrí una especie de fiesta que hacían en el supuesto colegio festejando el día que un caballero consiguió llevar a cabo su misión que consistía en conseguir la esférica y blanca Luna para ser regalada a una bella dama y así ganarse su corazón... una simple leyenda. Pues lo siento, pero desde mi perspectiva llega a ser patético. Llegamos al punto de pintar a caballeros perfectos en competitivos y a las damas brillantes como pequeñas zorras materialistas... Pero ese es el problema de esta sociedad, siento temor al pensar en el momento en el que los actuales jóvenes sean los adultos. Es que antes los mundos de color de rosa se quedaban en los libros de novelas de amor y la realidad era la aceptación del sufrimiento y el tener aspiraciones en la vida para conseguir algo productivo en ella convirtiéndose una pequeña niña en una mujer en poco tiempo. Ahora quien tiene una aspiración consiste en amoldar su personalidad para “caerle bien a todos” y fingir ser el ser más agradable, mientras después se despojan de la máscara y se convierten en peor que un enemigo: una falsa. Y así convirtiéndose en una prejuiciosa mujer con mentalidad de una niña. Parece que cuanta más libertad se le da a la humanidad, más se promueve entre nosotros la idiotez… y es penoso. Antes la gente no podía estudiar por la necesidad de obtener dinero para simplemente cubrir sus necesidades básicas y abastecerse… ahora que tenemos la suerte de poder ir todos a la escuela enriquecer nuestra mente, madurar con el saber y ser una persona de provecho, lo desaprovechamos… no somos concientes de que ese tipo de libertades que estamos acostumbrados a tener hace muy poco eran privilegios de muy pocos, por no decir de ninguno. No lo entiendo, ¿Por qué el mundo es tan extremista? ¿Por qué tiene que existir una escasez de algo para que lo valoremos? Supongo que ese es el defecto de la humanidad… somos un poco “despreciables”.

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