29 de junio de 2009

¿Cuál es tu momento?

Odio esa mirada. No sabes el daño que me provocas cuando tus ojos se pasean hasta llegar a observarme.
Ya has conseguido más de lo que imaginas. Mis sentimientos, mis planes y mis alegrías se han desvanecido.
Has acabado con toda mi ilusión justo cuando mis sueños se hicieron realidad. Ya no consigo sentir esa presión en el pecho cuando pienso en él, ya no puedo decir que no resistiré cuando le vea... ya no.
No creía que podría alguien acabar con esos deseos mios de manera tan rápida. Pero tu lo has hecho, tu que no eres nadie en especial, no tienes el gran don de la belleza o la sabiduría, provocastes en cuestión de segundos que parte de mi vida quedase en una nueva mierda de amor platónico. Cada vez más dejo mi mundo de fantasía y sueños para vivir con los pies en la tierra y con la cabeza entre los hombros. Mi vida cada vez es más cruel, más realista.
Intento poner en orden mis pensamientos y observar cuales son razones para seguir, pero desaparecen y huyen dejando mi mente en blanco. Una idea fría y cruel recorre mi cabeza: seguir así.
No quiero volver a verte, ni saber nada de ti, porque quedan posibilidades de poder rehacer mis esperanzas anteriores y que mis sueños hechos realidad sigan su curso en mi mundo físico. Y me engaño porque sigo queriéndote ver, y que me hables, y que se vuelva a repetir lo que me hizo cambiar tanto, porque es ahora mi sueño.
Y lo peor de todo, es que no siento remordimientos por nada, sino que todo lo que sentía por él, creo que hoy lo empiezo a sentir por ti.
Esta vida no tiene pies ni cabeza... esta vida es un asco.

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