Tras segundos eternos frente a tu anhelado cuerpo a unos pasos de mí, me demuestras gesticulando la más deslumbrante sonrisa transmitiéndome la mayor cantidad de amor que he podido sentir en mi vida. Intento acercarme poco a poco a tu cuerpo, dándome a entender que ya ibas a volver... que ya no ibas a irte más, esta vez no.
Desgraciadamente cuando extiendes tu brazo hacia mí en un intento de coger mi mano, tu cuerpo va desapareciendo poco a poco. Corro hacia ti para intentar llegar a tiempo, pero ya es demasiado tarde, tu cuerpo ha desaparecido. Entonces escucho que gritas mi nombre, y miro a mi alrededor intentando poder verte, pero es inútil y caigo en un vacío hasta despertarme asustada y con los ojos llorosos.
Pero cuando ya me incorporo en la cama, escucho tu voz que me vuelve a llamar con añoranza y urgencia. Sé que estás ahí, aunque no te vea. Sé que cuidarás de mí y me besarás antes de dormir para que sea noche no te olvide y te vea. Quiero morir para estar a tu lado, para que estemos juntos, pero sabemos que no es lo correcto, tengo todavía cosas que hacer en la tierra. Pero juro que cuando acabe con esto, destrozaré mi parte física con placer, ya que mi dolor de ahora supera al dolor de la muerte, y me reuniré contigo. Esta vez mis dedos conseguirán entrelazarse entre los tuyos y desapareceremos juntos... juntos para siempre.